Podía pasar y pasó. El Málaga vuelve a caer a puestos de descenso a Segunda B tras una jornada aciaga en la que perdió a domicilio contra la Ponferradina y un rival directo como el Lugo lo devolvió a la triste realidad de esta temporada. Su lucha estará en el barro y contra los equipos de la zona más baja de la clasificación. Tan solo una semana duró el aplazamiento del sufrimiento tras vencer al Oviedo y respirar fuera de la zona roja. Sus insuficientes 14 puntos en 14 partidos y los escasos 11 goles a favor lo dejan en la decimonovena posición después de dos meses y medio de competición.
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Por delante y con los mismos puntos se colocan el Oviedo y el Tenerife, con guarismos idénticos (los tres cuentan con 3 victorias, 5 empates y 6 derrotas), pero fuera del descenso por el 'goal average' general' (el equipo asturiano tiene la misma diferencia de goles, pero más tantos marcados). A pesar de la victoria del Málaga contra el Oviedo hace dos semana, los enfrentamientos directos no se computan hasta que se dispute la segunda vuelta. La inesperada victoria del Lugo sobre el Rayo Vallecano por 1-0 en el Anxo Carro sacó a los gallegos de la quema y los alejan dos puntos por encima del Málaga. Los blanquiazules caen de nuevo a las últimas posiciones, donde se está haciendo habitual desde la novena jornada tras el empate con el Zaragoza.
Y aunque la zona de abajo está muy apretada, también se está gestando ya una división de grupos, donde se separan de forma clara dos: el de los equipos que siguen sin reaccionar y están abocados a luchar por la permanencia, y otro formado por perseguidores de las posiciones de 'play-off'. En la mitad exacta de la tabla está el Rayo Vallecano, que precisamente no está en su mejor momento, pero que se distancia del Málaga en cinco puntos y ejemplifica la fractura que se está empezando a crear. Aquí el equipo malagueño debe reaccionar porque la losa de diez partidos sin ganar antes de vencer al Deportivo hace tres semanas sigue condicionando demasiado su posición.
Desde principios de octubre, el Málaga no ha conseguido despegarse de la zona de abajo nada más que en una jornada, cuando venció al Oviedo y escaló hasta la decimosexta plaza. Pero esa alegría ha sido efímera, y aunque la clasificación a estas alturas de la competición sea poco más que anecdótica, sí supone una presión añadida por hacerse ya una costumbre estar entre los peores de la Liga. Todo un símbolo, aunque en el vestuario, que no es impermeable al ambiente, destacan que su principal fortaleza son los lazos personales que se han creado.
Con eso, y las incuestionables (y ya demostradas) capacidades de Víctor para recuperar el ánimo de su vestuario, se espera que hasta que llegue el mercado de invierno y puedan hacerse algunos ajustes en la plantilla (si se arregla la situación económica), se consigan los puntos necesarios para no arrancar la segunda vuelta del torneo con algo de margen para no seguir sufriendo.
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Cierran la tabla en esta jornada el Extremadura (20.º, con 13 puntos), tras caer en casa contra el Girona (1-3); el Racing (21.º, con 11 puntos), que perdió por 1-0 contra el Alcorcón, y el Deportivo (22.º, con 10 puntos), que se hunde aún más tras empatar con el Fuenlabrada (1-1), el equipo revelación de la Liga en su debut histórico en la categoría y próximo rival malaguista (el domingo, a las 18 horas).
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