El Málaga, a vida o muerte

Ahora o Nunca. Todo o nada. Así se podría catalogar también con una frase el decisivo partido del Málaga en La Rosaleda contra el filial del Celta, también conocido como Celta Fortuna, en la vuelta de las semifinales de los 'play-off' de ascenso a Segunda (a partir de las 19.30 horas de este sábado). Será un duelo, deportivamente hablando, a vida o muerte, en el que no habrá ya lugar para rectificar, reaccionar o resarcirse. Donde los blanquiazules pueden sellar el pase a la final de esta fase determinante o cerrar la temporada sin alcanzar su único objetivo, el regreso al fútbol profesional. Afronta, sin duda, el partido más importante de la temporada hasta ahora.

Para seguir adelante, el Málaga no podrá perder, mientras que, incluso, le valdría un empate al final del choque y de la prórroga, pues no habrá penaltis (eliminaría al rival por su mejor clasificación en la competición regular). Pero este sería un último recurso, pues el equipo que dirige Sergio Pellicer deberá buscar el pase a la final (contra el Gimnástic o el Ceuta) sin asumir riesgos, con cierta superioridad en el marcador contra los jóvenes valores del Celta, un rival de calidad y completamente imprevisible.

El 2-2 del partido de ida, aunque fuese encajando el empate al final del partido, permite al Málaga afrontar este gran compromiso con cierto sosiego, sin prisas y con la mente puesta sólo en superar la eliminatoria. Su pequeño favoritismo por jugar en casa, sin embargo, nunca deberá llevarlo a confiarse lo más mínimo. El cuadro blanquiazul acumula varios encuentros en los que ha cambiado el rumbo y las sensaciones son muy diferentes, mucho mejores, a hace algo más de un mes. Mostró más solidez y fiabilidad en Vigo, aportando las mejores cualidades individuales de sus jugadores. Ahora, además, llega el momento definitivo, en el que no podrá fallar para mantenerse en la lucha por el ascenso.

La concienciación es máxima tanto en la plantilla como en el cuerpo técnico, centrados todos en poner en marcha el plan previsto hasta el último detalle. Para ello el entrenador dispondrá del que ahora puede ser su equipo de gala, si bien no se descarta que haya algún mínimo retoque por tratarse de un partido en casa, donde los blanquiazules podrían acumular más peso en el juego. El rival, de todas formas, estará obligado a arriesgar algo más, pues no le vale el empate para pasar, sólo la victoria.

Para esta misión crucial e imprescindible para su futuro, el Málaga contará con el apoyo de los de siempre, de sus entregados aficionados, que este sábado acudirán masivamente a La Rosaleda, donde se colgó ya el cartel de 'no hay billetes'. Es previsible que el estadio de Martiricos presente la mejor entrada de la temporada, pues el club ha vendido las entradas sobrantes y también más de un millar de la grada visitante y de los abonados que han cedido sus asientos debido a que no podrán acudir a este encuentro.

Todo está prepara para que este envite sea especial desde antes de que arranque, con el recibimiento previsto a los jugadores y un gran mosaico en el estadio, para que los futbolistas se sientan más arropados que nunca en busca del triunfo y del pase a la final. La semana de trabajo ha transcurrido con la máxima normalidad y Pellicer podrá disponer de su bloque principal al máximo nivel, sin apenas problemas, lo que ofrece ciertas garantías de que los blanquiazules volverán a ser muy competitivos ante un contrario que baja su rendimiento a domicilio, pero seguramente no será así en campos grandes, con espacios, como el de Martiricos. Al Málaga le llega la hora de mostrar las mejores virtudes y el oficio de sus hombres más experimentados ante su público. Tiene la gran oportunidad de resolver este emparejamiento ante su gente. No podrá fallar.

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