Una victoria con siete malagueños

Estos fueron David Larrubia, autor del tanto de la victoria; Kevin Medina, que fue uno de los principales generadores de juego en el ataque; Dioni, la referencia que ofreció una ‘masterclass’ del juego de espaldas; Dani Lorenzo, que tuvo un elevado acierto en el pase (19 de 23 intentados en la posición de medio punta, un 83% de precisión); Dani Sánchez, que mostró una vez más su enorme sacrificio defensivo desde el lateral izquierdo; Aarón Ochoa, que si bien acostumbra a ser titular esta vez salió en el minuto 71 para aportar frescura a la línea ofensiva e Izan Merino, que ingresó de urgencia a causa de la inoportuna lesión de Luismi.

Además de los mencionados malagueños y canteranos (Dioni pasó de forma efímera por La Academia pero marchó joven a ‘buscarse la vida’ fuera y ha desarrollado el grueso de su trayectoria lejos de Málaga para regresar ya entrada la treintena de edad), hay que añadir a Antoñito, jerezano pero formado en las categorías el club blanquiazul que a causa de las rotaciones salió desde el banquillo, por lo que son ocho futbolistas ‘made in Málaga’ partícipes en el triunfo en La Rosaleda en la competición doméstica frente al Eibar. Cabe añadir que La Academia tiene participación directa en ocho de los 11 tantos del Málaga en esta campaña, siendo de los tres restantes uno de Nélson Monte, uno de Castel y otro en propia puerta.

Otros clubes del fútbol profesional con un alto número de futbolistas alineados de su provincia (pero que no igualan la cifra del Málaga) fueron: la Real Sociedad, con seis guipuzcoanos (Igor Zubeldia, Mikel Oyarzábal, Zubimendi, Barrenetxea, Beñat Turrientes y Odriozola), el Espanyol con seis barceloneses (Jofre, Joan García, Javi Puado, Oliván, Roca y Pol Lozano) y el Zaragoza, con seis zaragozanos (Iván Azón, Pau Sans, Adrián Liso, Enrique Clemente, Marcos Luna y Serrano).

La apuesta continuista del Málaga, basada en el núcleo joven y la cantera, parece fructificar, lo que le da un ‘plus’ de valor a lo que está consiguiendo, tratándose además un equipo recién ascendido. A pesar de haber logrado su tercer triunfo en doce jornadas, tan sólo ha perdido un encuentro, y la chispa competitiva que arrastra desde el milagroso ascenso a Segunda División se mantiene intacta, en gran parte generado por el hambre de la juventud. Que sean tantos los futbolistas malagueños y canteranos que logran afianzarse en el primer equipo es un triunfo tanto para el club como para la provincia, que ejemplifica así el exponencial crecimiento vivido en estos últimos años.

Una victoria (especialmente necesaria como lo era esta) siempre es una alegría, pero lograrla con gente de la casa y nacidos en la tierra a la que representa el club le aportan un sabor aún más dulce.