Secciones
Servicios
Destacamos
La dramática situación del Málaga (con sólo 11 puntos en 18 jornadas, a cinco de la permanencia y cada vez con menos rivales a tiro) no va a alterar el plan. Nada cambia tras la derrota frente al Espanyol y la enésima demostración ... de inoperancia. A un paso de cumplirse la primera vuelta, el diagnóstico se mantiene en la cúpula del club; es decir, continúa la confianza en el entrenador, Míchel, y se apuesta por cinco o seis cambios en la plantilla. La preocupación se ha disparado entre los propietarios, que asumen la deficiente planificación –primero fue el relevo en la dirección deportiva, con la destitución de Francesc Arnau, y ahora el visto bueno a un carrusel de altas y bajas– y lo fían todo a una reestructuración del equipo que debe hacerse con muchas limitaciones económicas.
Ni los propietarios ni el actual director deportivo, Husillos, culpan a Míchel de la situación. Consideran que tiene su cuota de responsabilidad, pero en un porcentaje bajo. Achacan más los males a la planificación, al desequilibrio en la plantilla. Por ejemplo, a la ausencia hasta ahora de un recambio de garantías de Camacho (Rolón, apuesta del jeque, era un brindis al sol y Kuzmanovic, apuesta de Arnau, suponía un enorme riesgo por sus cualidades y la grave lesión de la pasada temporada) o a la falta de gol. Los Al-Thani no entienden que el club gastara 4,6 millones en Cecchini (más una ficha ilógica) o casi 10, entre unos u otros conceptos, en tres delanteros (Peñaranda, Borja Bastón y Rolan) que están cedidos y sobre los que el club no tiene opción de compra.
Por eso a Míchel no se le cuestiona tanto como en condiciones normales debiera suceder con un bagaje tan pobre. Eso sí, los dos próximos partidos marcarán el futuro del madrileño. No es una decisión tomada, pero afrontar el siguiente encuentro en casa, frente al Girona, con otros dos resultados adversos sería una agonía para el técnico.
¿Y cuál es el estado de ánimo de Míchel? Sus más cercanos aseguran que no ha variado, pero indudablemente la procesión va por dentro. Desde junio ha tratado de morderse la lengua y aún lo hace –a eso se refiere con ese «vosotros no sabéis cosas que yo sí sé»–, pero el domingo ya no ocultó su enfado por la tardanza en la incorporación de Bueno debido a la falta de autorización del jeque (quería contar con él ante el Espanyol). A la preocupación del técnico en julio o la incredulidad en agosto por el fichaje fallido de Javi García se ha sumado su enorme decepción al ir conociendo detalles de la planificación realizada por Arnau y sus ayudantes. A eso aludió al afirmar que la situación actual no es culpa sólo del entrenador. Pero, según aseguran, se siente fuerte y convencido de que se revertirá la situación.
Ante este panorama, la figura del director deportivo adquiere una enorme relevancia. Husillos también ha asumido que en él recae toda la responsabilidad (tanto de la propiedad como de la opinión pública) y tiene claro que el milagro de la permanencia pasa por acertar de pleno en el mercado invierno. La confianza de los propietarios en él es absoluta, sobre todo porque el hispanoargentino les habla con total claridad sobre el presente y el futuro, así como sobre todos los escenarios posibles. Pero la economia del club es la que es y va a ser una tarea peliaguda porque además los futbolistas no quieren ir a equipos en claro riesgo de descenso.
Pero el gran obstáculo del Málaga se centra en las archiconocidas limitaciones económicas. Dado que los propietarios no van a invertir, la única solución es soltar lastre para poder reforzar el equipo. A estas alturas ya han llegado un central (Ignasi Miquel), un medio de contención (Iturra) y un segundo punta (Bueno, que ayer ya se ejercitó con la plantilla), pero todavía se espera contar con dos piezas más (un centrocampista y, sobre todo, un delantero centro para paliar la falta de gol). Y quién sabe si una tercera.
Las ventajosas condiciones en que han llegado los tres futbolistas citados y la salida de Cecchini (con un ahorro importante de su ficha) permiten mantener cierto margen, pero a todas luces insuficiente. Ha sido imposible aspirar a Guidetti (que ha recalado en el Alavés), Diop (en el Eibar) o a Remy, descartado en Las Palmas. Y son sólo tres ejemplos. El Málaga cuenta con una plantilla con fichas desorbitadas a tenor del rendimiento ofrecido y por eso es crucial que se cierren algunas salidas, como ha sucedido con Baysse y el Girondins de Burdeos (no tanto la de Jony al Granada, aunque el jugador quiere volver al Sporting).
La casi segura marcha del central francés puede abrir la puerta a otro jugador de sus características, aunque para los propietarios y Husillos el problema más acuciante del Málaga es su falta de gol. Si las previsiones se cumplen, dejarán el equipo en este mercado invernal como mínimo un portero (Cenk), dos defensas (Cifu, que no cuenta con ofertas, y Baysse), un medio (Cecchini), un extremo (Jony) y un punta (En-Nesyri). Es decir, al menos habrá seis salidas en una plantilla con 26 efectivos (incluido el canterano Mula), lo que representa un porcentaje demasiado elevado. Esa, y no el relevo del entrenador, es la apuesta del club tras el diagnóstico de la dramática situación en la que está inmerso el Málaga. Y por eso, de momento, el plan no varía...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.