Un trimestre nefasto para el Málaga en defensa

Natxo González tiene muchísima tarea por delante, aunque en Anduva también se echó en falta más reacción desde el banquillo para que Víctor Gómez no se viera continuamente confundido entre seguir a Brugué (teórico extremo en el 3-4-3) o quedarse solo con el 'carrilero' izquierdo, Imanol, mientras no recibía ayudas de Jairo e incluso Jozabed. Esa clara inferioridad a la que se vio sometido el lateral derecho cedido por el Espanyol no fue el único lastre defensivo del equipo blanquiazul. Tampoco Javi Jiménez estuvo contundente con Hassan, la contención en la medular ni existió (debido a la apuesta por Ramón como teórico medio defensivo), los centrales estuvieron sin chispa y hasta en los saques de esquina se produjeron dos graves errores de marcaje. La apuesta por el triángulo Jozabed-Ramón-Febas no hizo que la posesión se tradujera en control y además la presión arriba, con Brandon y Jozabed en la primera línea, no surtió efecto.

El Málaga recibió otro severo varapalo frente a un modesto, lo que ya se ha convertido desgraciadamente para los aficionados en el pan de cada día. La obsesión de Natxo González es recuperar la firmeza defensiva, en la que deben verse implicados todos los jugadores, pero tampoco la línea de zagueros ofrece a día de hoy la mínima confianza. El rendimiento de Víctor Gómez se ha desplomado –es habitual verlo romper el fuera de juego–, Ismael Casas está estancado, los lateral izquierdos (Javi Jiménez y Cufré) son intrascendentes y en el centro de la defensa Lombán y Peybernes han disparado las dudas mientras que Juande ha visto frenada su regularidad por problemas físicos. La situación ha acabado por engullir a Dani Martín, cuestionado desde el principio por el aprecio de la grada a Dani Barrio (tras su notable aportación la pasada temporada). No obstante, por ejemplo, conviene no olvidar que el primero de ellos, fichado por el club para ser el titular con José Alberto, salvó in extremis, con una parada descomunal, el triunfo en Alcorcón, único a domicilio en lo que va de campaña.

Porque en el último trimestre se acumulan los datos sangrantes respecto a la enorme fragilidad del equipo. Junto a los 26 goles recibidos en 13 partidos –más de la mitad en sólo cuatro compromisos (contra el Cartagena, el Burgos, el Ibiza y el Mirandés)–, el Málaga únicamente logró mantener su puerta a cero. Sucedió en la referida victoria en Alcorcón (0-1) y en casa contra el Tenerife, aquel exiguo 1-0 que junto al triunfo días después contra Las Palmas hizo pensar de verdad en la opción de pelear por los 'play-off'. El empaque de los rivales canarios invitaba a ello.

El Málaga no ha terminado de optar a los 'play-off' debido a sus carencias goleadoras, pero el nefasto último trimestre lo ha dejado ya más cerca del descenso que de las posiciones de privilegio. La razón es sencilla: ha pasado de compartir la sexta plaza entre los menos goleados a ser el segundo peor, sólo por detrás del casi desahuciado Alcorcón. Natxo González tiene muchísima tarea por delante para recuperar la solidez del equipo, aunque para ello sea necesario que determinados futbolistas ofrezcan más nivel del demostrado.