El Málaga tira el partido de Los Cármenes en el último minuto (1-0)

Para colmo de la crueldad que rodea al Málaga en algunos encuentros, el gol de la derrota llegó cuando el choque estaba en sus instantes finales, cuando su afición disfrutaba con una igualada que podía ser hasta suficiente para mantener las sensaciones y restar un punto al Racing. Ahora todo sigue igual, con ocho de diferencia con la salvación y el choque del domingo precisamente contra el cuadro cántabro como única opción para seguir luchando de una forma factible por la permanencia. La situación empeora, pues quedan menos encuentros, ante la próxima 'gran final' de un equipo al que siempre le aparece alguna adversidad como consecuencia de errores individuales que son insalvables en estas circunstancias y con rivales como el Granada.

Pellicer sabía que estaba obligado a buscar nuevas opciones en un escenario que parecía temible. Ante la necesidad de sorprender, el técnico dejó de dosificar a Rubén Castro, que ocupó una plaza en el once inicial en un sistema clásico y con Lago Junior como segundo punta. El plan estaba claro: frenar inicialmente al Granada, pero sin descartar las irrupciones en ataque con peligro. Lo peor, sin embargo, no sólo estaba en las escasas aproximaciones sobre la meta local, sino las ocasiones de este en dos aproximaciones muy peligrosas, claras ocasiones, sobre todo una de Callejón (se quedó solo), a la que respondió Yáñez con otra parada salvadora.

El dominio rojiblanco, antes del ecuador del primer tiempo, iba a menos en cuanto a profundidad ante un Málaga con mucho orden, pero sin posibilidades tan siquiera para acercarse a la meta de Raúl. Las imprecisiones, además, eran constantes, incluso por parte local. Con un fuerte frío en Los Cármenes y una gran representación malagueña, los dos equipos 'pactaron' alcanzar el descanso sin más novedades, lo que rebajó el nivel del juego y anuló el peligro sobre las porterías, salvo dos córners locales seguidos en los instantes finales. La importancia del choque para los dos equipos, sobre todo para los blanquiazules (en esta ocasión de negro), mantenía la emoción en un táctico y ya aburrido encuentro.

La charla de Pellicer dio resultado y el Málaga reanudó el choque con otra cara y mejores sensaciones. El control del partido pasó a ser visitante. Los 'jugones' dieron un paso adelante y el Granada no podía salir de su campo. Y llegó la primera oportunidad en un 'cañonazo' de Lago Junior algo escorado que tuvo muchas dificultades para despejar el meta local. Era el primer aviso de los hombres de Pellicer, que no se conformaban sólo con aguantar a un rival que tampoco renunciaba a sumar un nuevo triunfo en casa, sobre todo con la mejora experimentada con los tres cambios realizados relativamente pronto.

Y Pellicer también refrescó el equipo para mantener la tensión, el ritmo y buscar la meta rival. Con un juego abierto, el Málaga generaba juego ofensivo, pero sin la profundidad debida. La fortaleza local, sin embargo, seguía inquietando una y otra vez. Con todos los cambios ya sobre el campo, el Granada tuvo de nuevo la ocasión más clara por medio de su goleador Uzuni, aunque una vez más estaba Yáñez como salvador de su equipo una espectacular intervención que dejó las cosas como estaban hasta ese momento, aunque quedaba el gol de Sergio Ruiz tras una pérdida de Genaro y un desajuste total de la defensa. Increíble y lamentable tras el trabajo realizado durante todo el encuentro, que los blanquiazules lo tiraron por la borda.

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