El Málaga, sólido, pero impreciso ante un Granada de Liga Europa (0-0)

Teniendo en cuenta que los locales siguen aún muy lejos del diseño final de la plantilla, no es moco de pavo el empate ante un conjunto de la Liga Europa, la revelación del pasado curso en Primera, el Granada, en un derbi clásico de los veranos. Al Málaga, que viene alternando desde la llegada de Sergio Pellicer la disposición de cuatro zagueros y de cinco, se le vio muy seguro con este último dibujo en el primer tiempo, el mismo que le hizo casi infranqueable en el tramo final de la temporada anterior y que fue el pilar de la permanencia cuando las cosas se pusieron más serias. La polivalencia de hombres como el debutante ayer Escassi o de Luis Muñoz (próximo a reincorporarse) concede mucha flexibilidad al equipo, pues pueden incrustarse en el eje de la zaga o jugar por delante de forma muy natural. El paleño tuvo un buen estreno, flanqueado por Quintana y Juande, y lo cierto es que un duelo de pierna dura en las disputas y muy competido, el equipo blanquiazul sólo pasó apuros en un par de lances a balón parado. Primero, en un córner botado por Montoro para el que dibujó el remate Germán sin tocar el balón. Al final Soldado, solo al segundo palo, remató al lateral de la red. Más peligrosa fue una falta lateral puesta en juego por Fede Vico y en la que Tete casi marca en propia puerta en un despeje lejano potente, pero Gonzalo mostró muy buenos reflejos.

Con los 'carrileros' poco profundos, en especial un Álex Benítez situado en un flanco no natural para él, el izquierdo, al Málaga le faltó llegada. Mordió en la presión, una vez más entrando a degüello cada vez que un rival recibía de espaldas, pero sólo tuvo una tímida ocasión, de Tete, en una posición muy escorada.

En la segunda mitad salió con un once nuevo, a excepción de Ismael (el único que lo jugó todo y con 45 minutos en cada costado) y Tete. Hasta que el Granada dio comienzo a su carrusel de sustituciones cumplida la hora de partido, se vio a un Málaga más dominador, pero poco profundo. Fue hacer cinco cambios Diego Martínez y recuperar el control del duelo.

El segundo tiempo permitiótambién ver otro debut, el de Calero, poco punzante como suele serlo, pero que al menos dejó el único intento medio serio de remate, con la zurda. Pellicer dispuso ya una defensa de cuatro, y liberó a Adrián por delante de Rolón y José Rodríguez, que no supieron conectar con los atacantes. El Granada jugó todo el tiempo sin contamplaciones, con un Montoro al que le sobraron detalles bruscos y una tángana final al derribar Víctor Díaz a Adrián y no interrumpirse el juego.