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El Málaga se entrenará en el ya conocido como el horario 'tupper' el próximo domingo frente al Sabadell. Esa es la denominación popular que se ha extendido para referirse a los encuentros que desde hace unas semanas se están disputando a las 14.00 horas, el momento por excelencia para el almuerzo, que siendo el último día de la semana pillará a más de uno con la paella reposando.
Desde LaLiga, que es quien designa las fechas de los partidos junto con los operadores de televisión con derechos, lleva recurriendo con frecuencia en cada jornada de la competición a este horario tras la extinción de la franja de las 12.00 horas. Ni una ni la otra son horarios habituales, y menos en el Málaga, que siempre ha contado con un gran cártel para los canales y ha sido retransmitido en abierto en numerosas ocasiones, y en horas cercanas al 'prime time'.
Esto cambia el hábito de los aficionados y toda la maquinaria desde los diferentes sectores que rodean un partido del club blanquiazul, pero sobre todo influye «radicalmente» a los principales actores de la escena: los jugadores; del Málaga, y por supuesto, también del Sabadell del exmalaguista Antonio Hidalgo, que además van a tener menos descanso porque jugaron ayer un partido aplazado (perdieron con el Almería en el descuento por 1-2).
Desde el prisma malaguista, el equipo que dirige Pellicer cambiará su rutina habitual para adaptarse al horario. Una toma de decisiones que van enfocadas a conseguir el mejor rendimiento posible a pesar de coincidir con una hora fronteriza de la jornada. Y a la que se tendrán que acostumbrar estas semanas, porque ante el Leganés, el próximo 21 de noviembre, también jugarán a las 14.00 horas.
Además del viaje (cabe recordar que ante el Sabadell, el Málaga ejercerá como visitante), la concentración y las sesiones físicas de activación (en este caso no hay espacio para realizarse) el factor que se antoja más importante es la alimentación. Tocará trampear al cuerpo y hacer comidas en un orden diferente a lo normal.
El nutricionista Francisco Jaime Muñoz, de 'La cocina del Chef', que trabaja con los jugadores del primer equipo del Málaga y del Unicaja, da algunas claves en este interesante proceso para evitar cualquier tipo de alteración en el rendimiento por una mala planificación de horarios.
Con precisión, Francisco Jaime explica a SUR que el punto de partida en la planificación de la alimentación para un partido como el domingo se inicia la noche anterior. «Para la cena preparamos recursos como pasta, arroz o patata. Y al día siguiente lo que hacemos es un desayuno-almuerzo fuerte de hidratos, también arroz y algo de pollo, que tiene que acabar cuatro horas antes del inicio del partido», introduce Francisco Jaime haciendo hincapié en la importancia de medir bien de cara a la hora del partido.
En este caso, el equipo tendrá que haber acabado el 'desayuno-almuerzo' antes de las 10.00 horas. «Esto se hace para cargar los refuerzos de glucógeno del músculo. Esas cuatro horas antes de jugar es a lo que está acostumbrado el cuerpo a nivel fisiológico para llegar al de forma óptima al partido. Es decir, con las reservas de energías a tope y el estómago vacío», recalca el nuricionista del equipo, que estuvo justo ayer tomando mediciones a los jugadores para obtener una información más precisa de cara al seguimiento de estos días.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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