El Málaga, sin remate

Las cosas de Cañete ·

De los fichajes que ilusionan cara a la próxima temporada a los que llegan para hacer bulto

PACO CAÑETE

Martes, 14 de agosto 2018, 01:02

Hace una semana mostré mi satisfacción por los últimos fichajes. Juventud, buenos comienzos y enormes deseos de triunfar. Pau Torres, un central espigado, de 21 años es ya conocido en su club, el Villarreal. De Héctor, el delantero, tengo que confiar en Molinero, que le ... conoce bien. Y en Haksabanovic, a sus 19 años, hay que añadir el interés de Pellegrini, aunque se tiene que 'rodar'. Se tratan de cesiones, como la de un centrocampista hecho, N'Diaye, que va a constituir un auténtico refuerzo para la zona ancha. En un solo partido lo ha demostrado. De momento completan la baraja los marroquíes Munir y Boulahroud y el portugués Renato, uno para el centro del campo y otro para la banda, con el pizarreño Dani Pacheco en funciones ofensivas. Hasta aquí, lo que me parece positivo. Se trata de nueve fichajes.

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Y lo menos convincente para mí, de momento -ojalá esté en un error- son los huecos a cubrir. En el lateral derecho, con la actitud de Rosales; en la portería, con un refuerzo más, y arriba, en la punta de ataque, el gran problema del equipo, con elementos para definir. Ha llegado Gustavo Blanco, argentino, de buena talla, que procede del Shakhtar Donetsk, club al que arribó hace un par de años, después de que Juande Ramos y Muñiz retornaran a España. Su currículum en el fútbol ruso, sueco, marroquí y ucraniano dice bien poco. Veremos. Y del anunciado Koné, que no se estrenó en la pasada temporada, sólo voy a comentar que ya tuvimos uno con el mismo apellido, aunque nada tienen que ver. Me da la sensación de que pueden ser fichajes similares a los de hace un año. En fin, hay que esperar, pero el partido de Lugo tendrá lugar esta misma semana.

Casi todos los entrenadores suelen armar un conjunto de atrás hacia delante. Muñiz, que fue jugador defensivo, ya lo demostró en su anterior etapa. Fundamenta su juego en una base organizada y sólida delante del portal. Nada que objetar, claro que para ello hay que disponer de delanteros que aprovechen lo que le llega. Algo hay que hacer para no repetir errores recién pasados. El Málaga creaba ocasiones, y nada de nada. El agujero desde que se marchó Sandro, permanece. A ver si en estos días suena la flauta y se abre la puerta de la confianza.

Me comentan que el entrenador está trabajando mucho y bien, con dedicación adecuada al ensayo del lanzamiento de faltas y saques de esquina. En el apartado físico, está pisando el acelerador. Los amistosos son de preparación, aunque las temperaturas veraniegas no acompañan a disputar dos partidos en una sola jornada. En fín, que el sábado hubo matinal ante el Córdoba, y nocturna en Granada. Tanto en la Costa del Sol como en Los Cármenes, dos alineaciones en las que entraron quince elementos en cada una. ¿Conclusiones? El míster sabrá cómo están físicamente. En lo técnico, N'Diaye, tal como se esperaba, es un auténtico refuerzo. El meta Munir, con buen tono como Harper, Hicham, Abqar, los tres del Atlético Malagueño y del juvenil, con Pau Torres y varios compañeros más. Lo que he notado que no se puede conseguir en dos partidos en el mismo día es eso que llaman conjunción. Pero Muñiz sigue con las pruebas, y nadie mejor que él para definir con lo que pueda arrancar el próximo fin de semana.

En el deporte más multitudinario, menos en su anacrónico reglamento, van cambiando cosas. Entre los años 70 y 80, los jugadores de fútbol han ido superando situaciones hasta convertirse en dueños y señores dentro y fuera de los terrenos de juego. Y, claro, el camino que marcan sus figuras con el tiempo son valorables hasta para los mediocres del balón. Durante el verano los ejemplos se cuentan por realidades. Hace unos años, el jugador solía ser un esclavo de su primer contrato. Cuando llegaba la fecha de su vencimiento, el club, si le interesaba, le aplicaba el derecho de retención, que era el aumento de un porcentaje casi ridículo. Mientras los jugadores procedentes del extranjero quedaban en libertad. En el Málaga Bernardi fue el que más lo padeció. Si enmedio surgía un traspaso, a convertirlo en dinero. Hoy, el jugador tiene la sartén por donde se agarra. Que le pregunten a Florentino Pérez, que dirige a uno de los cuatro clubes que pertenecen a sus socios.

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