El propósito de enmienda del Málaga tras el varapalo sufrido en Vallecas (4-0) se quedó en una preocupante involución en el juego. Nada de lo que el equipo se propuso mejorar se puso en práctica ante Las Palmas, en la imagen más negativa del curso. Aun teniendo en cuenta que hubo cuatro bajas por lesión entre los dieciocho profesionales y por más que falte mucho tiempo para acoplar todo el bloque, los defectos exhibidos por los pupilos de Sergio Pellicer fueron múltiples y graves.
Publicidad
El principal, la falta de remate. Ni siquiera la luz de alarma encendida hasta ahora ante la falta de pegada cundió entre el grupo para ser más atrevido en el juego de posición, arropar más a Caye Quintana o crecer en la faceta constructiva. El Málaga sólo tuvo un disparo entre los tres palos en todo el choque, y fue en el minuto 81 y relativamente intrascendente, porque el intento de Jozabed no complicó en exceso a Valles.
En total, el Málaga suma ocho remates a puerta en cinco jornadas, en un total de 450 minutos. Así las cosas, está necesitando casi una hora de juego para gozar de un intento real de gol. Este dato resulta aún más negativo después de disfrutar de más de 50 minutos de superioridad numérica en el campo. Incluso, en el segundo tiempo, Las Palmas tuvo más remates (siete a seis) que su rival, y suyas fueron las ocasiones más claras del partido, en especial un centro de Edu Espiau en los instantes finales al que no llegó por centímetros Aythami a un metro de la línea de meta. Precisamente el central gozó de la oportunidad más importante del primer tiempo, tras una falta lateral que pudo cabecear a placer, pero orientada al centro, y después de un mal achique de espacios de la zaga malaguista.
Todos los cambios de Pellicer se dirigían a priori a mejorar la faceta ofensiva, pero el Málaga nunca terminó de dar el paso y de mandar claramente en el partido obligando a replegarse a Las Palmas. Ni cuando tras el descanso cambió la banda derecha (Calero y Jozabed por Ismael y el amonestado Rahmani, respectivamente), ni tras pasar a un 4-4-2 puro al irse Mejías por Chavarría y retrasarse Escassi, ni tampoco con la apuesta por los jóvenes Larrubia y Julio.
El Málaga sólo pareció ser capaz de encerrar a Las Palmas en el tiempo añadido. La sensación fue que las carencias en el juego combinativo a estas alturas son demasiado importantes, sin que Luis Muñoz, primero junto a Escassi y Cristian, y luego más en solitario, fuera capaz de imponer una circulación de balón en el centro del campo. A eso se sumó un ritmo con el esférico más propio de un primer ensayo de pretemporada que de la competición en sí, lo que benefició al rival, muy cómodo en lo defensivo.
Publicidad
La entrada en el tramo final del lanzaroteño Mendes fue la que tuvo más incidencia a la postre en el partido, y Las Palmas estuvo mucho más cerca de ganar que de perder. A estas alturas el Málaga sólo lleva dos goles, que afortunadamente le han bastado para sumar siete puntos de quince. Esa es la mejor noticia, porque va camino de repetir la tendencia de la pasada campaña: sumar pocas dianas y depender en exceso del rendimiento defensivo, ya con tres puertas a cero.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.