Tras el descalabro del Málaga en La Rosaleda, lugar en el que el club blanquiazul pretendía convertir en una fuente consistente de puntos que lo mantuviera lejos de la zona de peligro en su regreso a Segunda División, ha supuesto un duro golpe de realidad ... para el malaguismo, que vivía en un estado de éxtasis desde hacía varios meses. El conjunto blanquiazul no conocía la derrota en partido oficial desde el 28 de abril, ya en los momentos finales de la fase regular de Primera RFEF, ante el Córdoba, por 1-0. Dicho choque coincide con su última derrota a domicilio: desde entonces, el cuadro de Martiricos encadena siete partidos consecutivos sin perder fuera de casa.
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A los tres encuentros disputados como visitante en el presente curso (en A Malata contra el Ferrol, en el Nuevo Arcángel frente al Córdoba y en el Nuevo Los Cármenes ante el Granada), hay que sumarle los cuatro últimos choques a domicilio de la pasada campaña: tres empates, dos de ellos en los partidos del 'play-off' de ascenso (si bien es cierto que el Nástic venció en los 90 minutos, el Málaga logró empatar en la prórroga) y otro ante el San Fernando (el encuentro en el que el portero Alfonso Herrero consiguió el tanto que igualaba la contienda en el último minuto), y una victoria sobre el Real Madrid Castilla (1-2).
La última derrota vino ante el Córdoba en el Arcángel por 1-0. El conjunto cordobés habilitó 1.400 localidades para la afición visitante, en un acto de hermandad entre clubes andaluces. En aquel choque, los verdiblancos se mostraron superiores a los blanquiazules, aunque sólo venció gracias al solitario tanto de Carlos Albarrán, a pase del exmalaguista Kuki Zalazar. Si bien es cierto que no fue un partido de excesiva trascendencia, puesto que ambos clubes tenían prácticamente certificado su puesto en el 'play-off' (el Córdoba finalizó el curso en segundo lugar y el Málaga en cuarta posición), el Córdoba fue el último verdugo del Málaga como visitante y estuvo cerca de volver a llevarse los tres puntos, esta vez en Segunda División, hace escasas jornadas, aunque el cuadro malaguista obtuvo un valioso punto en Córdoba.
En este inicio liguero, el Málaga ha mostrado versiones dispares en sus visitas: en Ferrol, un feudo del que el local obtuvo un importante rédito la pasada campaña, el conjunto blanquiazul se marchó con la sensación de haber dejado escapar la victoria. En Córdoba, el equipo local no tuvo suerte de cara a portería y mereció la victoria y en Granada, su mejor encuentro como visitante hasta la fecha, el Málaga tiró de épica y aprovechó el nerviosismo de los nazaríes por sus malos resultados para obtener un punto del partido en el Nuevo Los Cármenes.
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A pesar de haber perdido el invicto liguero en Segunda División y en La Rosaleda, en la que no perdía desde el mes de enero, el Málaga desea extender su racha de siete partidos a domicilio sin conocer la derrota. No se prevé un escenario fácil, aunque en este arranque de competición, el Deportivo ya ha sufrido dos tropiezos como local este curso, ante el Oviedo (0-1) en la primera jornada de la competición y frente al Burgos (0-2) hace escasas jornadas.
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