El Málaga se ha marcado una nueva prioridad: reconectar con su masa social aprovechando el ambiente de ilusiones renovadas de esta temporada. En los últimos años, desde la época de restricciones por la pandemia, que dejó las gradas vacías, y sobre todo por culpa del ... gran declive deportivo del equipo, titubeando con el descenso hasta hacerlo irremediable, se ha ido abriendo una brecha entre el club y los aficionados blanquiazules que parece que está empezando a sanar.
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Poco a poco se generó un distanciamiento, fruto de continuas decepciones, tanto de resultados en el campo como por decisiones institucionales en los despachos, que derivó en un alarmante estado de descrédito sobre la entidad de La Rosaleda. El contexto llegó a ser irrespirable y se agudizó también por la falta de actividades que históricamente han servido para acercar posturas y limar asperezas, como visitar a las peñas y estar mucho más pendiente de las necesidades de los abonados.
En este sentido se han puesto las pilas en el Málaga, que quiere intentar recuperar el tiempo perdido. «La premisa es visitar el máximo de peñas que sea posible y realizar actividades para acercar el club a sus aficionados», aseguran desde las oficinas de Martiricos a este periódico tras varias semanas en las que se ha podido apreciar esta iniciativa de la entidad. Recientemente visitaron las peñas de Marbella y Antequera, y la siguiente parada es Teba. El objetivo es retomar relaciones e intentar conseguir nuevos fieles, si es con carné mucho mejor.
Y sobre conseguir nuevos públicos, el Málaga está convencido de que el secreto está en expandirse por la provincia. «Las peñas son como embajadas del club en las localidades», definen las mismas fuentes malaguistas, que informan de que ya tienen organizado un calendario de visitas hasta el próximo marzo a un ritmo de entre 3 y 4 actos al mes. «Son eventos donde siempre vamos a intentar que sobre todo vayan los jugadores además de los responsables de la entidad», matizan.
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«Los aficionados necesitan que se le devuelva el cariño por parte del Málaga y que vayan nuestros futbolistas lo agradecen mucho, son las grandes estrellas, sobre todo para los más pequeños. Normalmente invitamos también a escuelas de las localidades donde vamos para que puedan ver a los jugadores de cerca. En Marbella vino Dani Lorenzo y una visita como esta supone un gran empujón en cada peña», explican desde el Málaga, que se coordina en estos eventos junto a la Federación de Peñas Malaguistas, que celebra este resurgir.
«Esto se lo venimos reclamando al club desde hace tiempo. Después del comportamiento de la afición el año pasado, sus esfuerzos por viajar a muchos destinos con la esperanza de la permanencia, pues creemos que era de justicia. Visitar a las peñas es sembrar para el futuro porque al final también se consigue enganchar a jóvenes. Es una de las mejores maneras de hacer malaguismo. Antes se solía hacer, pero desde la pandemia se frenó todo», expresa Miguel Molina, presidente de la Federación de Peñas Malaguistas, que representa en la actualidad a unas 34 peñas, más las que vienen en camino.
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Por ejemplo, la Grada de Animación, aglutinada en la peña Fondo Sur 1904, está próxima a adherirse, como informa Molina y confirma a este medio su representante, Javi Martínez. Los trámites ya están en marcha (la burocracia consiste en contar unos estatus, tener acreditación de la Junta de Andalucía y partir con una base de abonados alrededor de la veintena como mínimo), y supondrá una gran unión porque este grupo reúne a alrededor de 2.200 abonados que son a su vez de los que más actividades en torno al equipo blanquiazul generan, además de ser el pulmón de La Rosaleda en cada partido, y también en los desplazamientos desde la grada visitante. «Tenemos muchas ganas de aportar nuestras ideas y hacer que la afición por el Málaga siga creciendo», expresa Javi Martínez, que piensa en grande y en los últimos años ha fomentado que la Grada de Animación crezca muy rápido, lo que ha llevado al club blanquiazul a aumentar el espacio de este sector del estadio dos veces ya en los últimos veranos.
«Yo veo a la gente ilusionada. Málaga es una afición que con lo más mínimo que nos den estamos volcados con todo. Muchos peñistas de equipos rivales se quedan impresionados», valora Miguel Molina, quien concluye: «Málaga se merece 35 o 40.000 socios. La reforma de La Rosaleda para optar al Mundial no vendrá grande con el trabajo de todos. Entre todos tenemos que hacer un Málaga grande». En resumen, el malaguismo estaba muy necesitado de recuperar un buen clima y desde todos los puntos se está remando en esa dirección, aunque todavía queda mucho por mejorar. Ojalá sea el comienzo de una nueva etapa feliz para la parroquia blanquiazul, sedienta de satisfacciones que premien su fidelidad y compromiso.
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