Crecimiento o espejismo para el Málaga

Desde luego no es la Ponferradina un rival cualquiera. Fue el primero que masacró al Málaga de José Alberto (4-0, el 19 de octubre en El Toralín) y, de paso, certificó que el espíritu ambicioso y bullidor de La Rosaleda desaparecía a domicilio. Pero en realidad el equipo blanquiazul se mide al mejor espejo en el que mirarse, el paradigma de conjunto competitivo, con sello propio, incapaz de bajar los brazos y conocedor de sus carencias. El cuadro berciano comparece en la quinta plaza, aunque sin duda su aspecto más relevante pasa por esa virtud que todos ansían en la Segunda División: la regularidad. Lleva toda la temporada entre los seis mejores de la clasificación –es decir, con aspiraciones de ascenso (incluso cinco jornadas entre los dos primeros)– y nunca se descompone bajo la batuta de un entrenador poco valorado en el panorama futbolístico español, Bolo.

El duelo de esta noche en Martiricos llega después de la aparición al fin de ese Málaga inexistente desde el doble triunfo en casa contra el Tenerife y Las Palmas y también sólo visible a domicilio en citas frente a rivales de empaque. En Lezama frente al Amorebieta se apreciaron detalles en el juego y cierta evolución en algunas facetas, pero sobre todo capacidad de sufrimiento. Que a estas alturas este detalle suponga una gran noticia es el claro reflejo de la escasa personalidad durante todo el ejercicio. Y ya que el tono competitivo de distintos jugadores no es el adecuado, al menos es más factible alcanzarlo como grupo.

Además, como el fútbol guarda demasiada relación con las inercias –y más, si cabe, en Segunda, donde abundan rachas extremas en uno u otro sentido–, Natxo González confía en que el 'triunfo y medio' de las dos últimas jornadas sea el punto de partida a una recta final convincente en imagen y resultados.

Más allá de la ausencia obligada de Peybernes por lesión, no parece previsible que el técnico vitoriano vaya a repetir el esquema de tres centrales utilizado frente al Amorebieta. A priori fue una apuesta puntual por las características del adversario y la necesidad de protegerse ante la baja por sanción de una pieza capital en el dispositivo de contención como Escassi. El retorno del paleño permite recuperar un esquema más 'lógico', con él escoltado por Febas y Jozabed. Las piezas de ataque parecen asignadas a Vadillo y Brandon, en las bandas, y a Chavarría en punta. Actitud y aptitud deben ir de la mano para superar a una Ponferradina con las ideas muy claras. En torno a las once de la noche se desvelará la realidad del Málaga: o crecimiento o espejismo.