Rubén Castro, en un disparo a puerta durante el entrenamiento del viernes. mariano pozo
Málaga-Lugo, 18.30 horas

Mitad de octubre... y primera final para el Málaga

Al equipo de Mel sólo le vale ganar ante el Lugo para no hundirse definitivamente y ver peligrar incluso la continuidad en Segunda pese a quedar siete meses y medio de competición

Domingo, 16 de octubre 2022, 00:31

Conviene andarse sin rodeos: el Málaga disputa esta tarde, a mediados de octubre, su primera final. Acabar con el maleficio de La Rosaleda (donde lleva ... cerca de once meses sin ganar) supone un objetivo menor y suena casi a anécdota ante la enjundia del compromiso de esta tarde frente al Lugo (18.30 horas, LaLiga SmartBankTV). Anclado como colista y con peor balance incluso que hace 31 años, cuando el equipo se desplomó a Segunda B y luego desapareció por una deuda disparatada, no queda otra que vencer –aunque sea sin convencer– para no hundirse definitivamente. Porque entonces la permanencia pasará a ser el único objetivo y para algunos ni salgan las cuentas.

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Después de un primer cuarto de Liga nefasto se hace obligado recordar lo que está en juego esta tarde frente al cuadro gallego. No ganar implicaría la necesidad de vencer en torno a la mitad de los 31 encuentros restantes. Así de sencillo. Ese es el mensaje que debe trasladarles Pepe Mel a los futbolistas. Sin más. Y ese es el detalle que deben tener en cuenta los aficionados –por muy hastiados que estén– para arropar al equipo desde el primer minuto hasta el final. Además, hoy existe el doble riesgo de que La Rosaleda presente una floja entrada. Primero, por la caída en picado del propio Málaga, que se refleja en un dato demoledor: entre el estreno liguero en casa con Las Palmas y la cita más reciente, contra el Andorra, han dejado de acudir más de 5.700 espectadores (ojo, un 26,24 por ciento). Y segundo, el posible 'efecto clásico'. El encuentro entre las dos potencias del fútbol español se disputa previamente y, aunque acabe en torno a veinte minutos antes, puede llevar a muchos a quedarse en casa…

Serenidad

Los nervios están a flor de piel en el malaguismo y precisamente la consigna de Mel a sus pupilos es clara: serenidad. En su valoración posterior al Leganés, donde los remates a puerta de verdad brillaron por su ausencia, el técnico incidió en la cuestión mental porque, más allá de las consecuencias de la pésima planificación de Manolo Gaspar durante el verano bajo la dirección deportiva de Pablo Guede –«lo intentamos por dentro porque el equipo no tiene recursos por fuera», sentenció el madrileño–, entiende que sobra talento para generar más peligro en ataque.

De no ganar hoy, el Málaga estaría obligado a hacerlo en casi la mitad de los 31 partidos restantes para lograr la permanencia

Mel pidió a los aficionados desplazados a Leganés un mes para asentar un modelo, pero el único reto es sumar victorias. La desventaja respecto a la zona de permanencia es idéntica a la existente cuando Guede se marchó, sólo que desde entonces ha jugado en tres de sus cuatro partidos frente a equipos ascendidos sin obtener una sola victoria. Al aficionado ya le dan igual el estilo, el sistema, las alineaciones, la elección de tal o cual futbolista… Únicamente exige que el Málaga gane porque asume que el precipicio está cada vez más cerca.

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Ni siquiera las bajas pueden ser una excusa esta tarde frente a un rival con evidentes limitaciones, aunque sí con una clara ventaja respecto al Málaga: sus jugadores tienen asumido desde el primer día que toca sufrir y pelear por cualquier punto. Obviamente, la ausencia del sancionado N'Diaye restará equilibrio al equipo de Mel –porque además el teórico recambio, Genaro, acumula actuaciones decepcionantes–, pero la delicada situación clasificatoria se debe sobre todo a la incapacidad ofensiva, a la escasez de ocasiones claras y a la falta de gol.

Siempre se alude a la necesidad de jugar como colectivo porque ese es el único camino para conseguir objetivos. Sin embargo, esta tarde la necesidad de ganar es tan alta que nadie pondrá reparos a que baste con una individualidad para superar al Lugo. Se trata de un cara o cruz para el Málaga, la primera final. Aunque sea a mitad de octubre y se dispute la undécima jornada.

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