El Málaga, ¿ante una trayectoria de descenso?: Los precedentes para creer en la reacción

Porque con sólo nueve puntos en el casillero cumplidas las primeras trece jornadas obliga a sumar alrededor de la mitad de los puntos que quedan en juego (restan 29 encuentros, 87 puntos) para alcanzar una cifra que te pueda asegurar más o menos la permanencia, que se suele rubricar en torno a los 50. Esto requiere de una reacción importante, pero no imposible.

Y también existen múltiples ejemplos optimistas de conjuntos que lograron remontar situaciones incluso ligeramente peores para salvarse si comprobamos el archivo de Segunda División desde que empezó a contar con 22 clubes, a partir de la campaña 97-98. Sin ir más lejos, en los últimos años equipos como Alcorcón y Leganés han demostrado que es posible levantarse de la lona.

El primero lo hizo en la temporada 20-21, cuando era colista al igual que el Málaga ahora, pero con 8 puntos en la jornada 13ª, y acabó salvándose con 48 puntos aprovechando que la puntuación de los cuatro últimos fue especialmente inferior. Al año siguiente el Leganés, que también tenía fuertes aspiraciones de ascenso al principio como ocurrió este pasado verano en La Rosaleda, tuvo un inicio horroroso con 10 puntos en los primeros 13 partidos y poco a poco logró separarse de la zona de abajo hasta sumar 54 puntos y acabar en la mitad de la tabla.

Pero en ambas referencias los dos equipos espabilaron y empezaron a ganar partidos con asiduidad, aunque fuera por cualquier tipo de vía y con urgencias hasta el final del curso. Y es que ganar, sumar de tres, es fundamental para salir del pozo y de una dinámica negativa como la que padece el Málaga. En el club blanquiazul se respira un ambiente derrotista que resulta pegajoso y desemboca en una frustración nubladora, igual que moverse en arenas movedizas.

Está claro que una victoria cada cierto tiempo no vale para zafarse de la amenaza y lo de vencer al Lugo fue un gota en el océano porque tampoco sirvió para liberar tensión durante los encuentros en casa. Al primer revés los jugadores se amilanan y se ven condicionados por el murmullo y los pitos de los que se quejan del poco empuje. El conjunto malaguista necesita encadenar varios resultados positivos para verle color a la recuperación.

Está a cuatro puntos de los rivales en puestos de salvación, una distancia corta, pero que ya supone un lastre relevante. Lo que debe evitar el Málaga a toda costa es hacer habitual la derrota y caer en una espiral que sufrieron años atrás otros equipos como por ejemplo el Deportivo en la temporada 19-20, que murió en la orilla después de dejar pasar las jornadas sin soluciones efectivas.

Aquella vez el Deportivo también tenía jugadores contrastados y que han seguido su trayectoria en Segunda o categorías similares dejando atrás aquella fatídica etapa de la que aún no han regresado del todo. En aquella ocasión la falta de determinación les sentenció. En el Málaga siguen esperando que su plantilla de nombres empiecen a ofrecer los resultados que prometieron, porque de seguir con esta trayectoria el final será desastroso.