El Málaga no puede esperar. Ni la presión extra ni otras excusas, el equipo tiene que reaccionar de una vez por todas para evitar el ... desastre. El tiempo apremia y, pese a que todavía hay soluciones, las exigencias aumentan cada día. Ahora llega una nueva oportunidad, este sábado a las 16.15 horas, para cambiar el rumbo frente a un rival directísimo en lo que se ha convertido ya en el nuevo objetivo de los blanquiazules, la permanencia en Segunda. La Ponferradina visita La Rosaleda para examinar otra vez a los hombres de Pepe Mel ante su entregado público. El único remedio aceptable ahora, sin duda, estará centrado en hacerse con los tres puntos, con el triunfo.
Llega otra 'finalísima' consecutiva del Málaga, la segunda parte en la que pone en juego su futura vida deportiva, un compromiso que puede marcar el futuro del equipo. Mel se dio el plazo de estos dos partidos, el anterior en Zaragoza y este, para encontrar un camino para salir de la crítica situación del cuadro de Martiricos, que ocupa el 'farolillo rojo' de la categoría, pues los siguientes encuentros serán todavía más difíciles hasta alcanzar la conclusión de la primera vuelta y la llegada a la vez del descanso navideño para los futbolistas.
Punto esperanzador
Pero las circunstancias han cambiado un poco, aunque habrá que seguir observando la evolución del equipo. El empate de La Romareda, conseguido con un jugador menos después de adelantarse en el marcador ya en inferioridad, lo consideran positivo y esperanzador en la plantilla. Pese a no llegar la victoria, las sensaciones fueron óptimas y el punto sumado tuvo una parte épica que elevó la mermada moral de los blanquiazules cara a un final de año realmente complicado. Aunque la igualada fuese insuficiente por los cálculos que cualquier aficionado puede hacer, las perspectivas pueden haber cambiado. Habrá que ver hasta dónde puede llegar el equipo.
Sin que se trate de un ultimátum, el punto sumado en Zaragoza y el resultado de este sábado deberán servir para concretar algo más la planificación del club cara al mercado invernal, en el que la dirección deportiva deberá corregir las carencias advertidas, que son claras y el propio Mel las ha enumerado, hasta ahora sólo tienen previsto, según las fuentes consultadas, hacer dos incorporaciones para equilibrar el bloque por las bandas, si bien estos planes quedan pendientes de la trayectoria del equipo en estos dos encuentros reseñados y en los otros cuatro que quedan hasta el final de la primera vuelta de la competición, al margen del compromiso de la Copa contra el Gimnástic.
Es cierto que las ausencias siguen perjudicando los intereses del cuadro blanquiazul, pero la situación es tan crítica en este momento que pasan a un segundo plano, pues el Málaga dispone de una plantilla que, uniendo a los canteranos, es amplia y está preparada para afrontar un evite de este nivel contra una Ponferradina que está con seis puntos de ventaja y que, por la clasificación, es uno de los objetivos prioritarios para el cuadro de Mel en su lucha por acercarse a las plazas de permanencia. La suerte está echada, ahora sólo queda que el equipo sea capaz de conseguir sus objetivos. Este choque podría considerarse en otros momentos hasta propicio, relativamente accesible, pero en la actualidad todo puede ocurrir...
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