La Rosaleda, casi repleta en un partido de la campaña anterior. MIGUE FERNÁNDEZ

El Málaga sigue muy pendiente de cómo le afectarán las obras

Las instituciones buscan que los perjuicios sean los mínimos para el equipo y el club, donde están «a expensas de saber bien los plazos y cómo se organizarán las obras» de la futura Rosaleda

Lunes, 30 de septiembre 2024, 00:01

La futuras obras de La Rosaleda permitirán que el estadio se sitúe en primera línea como instalación y por su presencia como sede del Mundial de España, Portugal y Marruecos 2030. Deberán resolverse distintas dudas que ahora están abiertas, pero hay una segunda parte a ... tener en cuenta en este espectacular proyecto, que es el Málaga. De ahí que desde el club estén muy pendientes y preocupados por las consecuencias que puedan tener estos trabajos. ¿Cómo le afectará?

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Desde las instituciones y hasta los técnicos siempre aseguraron que intentarían que afectara lo mínimo posible al club de Martiricos (en principio aseguraron que no sería necesario que el equipo jugara en otro recinto en algún momento). Y ese sigue siendo el plan, si bien no queda claro de una forma definitiva si perderá graderíos aislados o, en alguno de los supuestos, tendría que salir de La Rosaleda durante cierto tiempo, como ocurrió, por ejemplo, con el Bernabéu y está sucediendo ahora con el Camp Nou.

De hecho, el coste de las obras aumentaba de una forma destacada con el objetivo de que el Málaga siguiera en el estadio, aunque es evidente que en algún momento, en el mejor de los casos, tendrían que reducir el aforo, como ocurrió en la reconstrucción de La Rosaleda hace veinte años. Pero todavía no está claro qué ocurrirá con exactitud, pues queda pendiente definir el modelo final, que dependerá de la entrada de capital privado.

«Está claro que las obras nos tienen que afectar, si bien lo deseable sería que no afectaran al rendimiento del equipo en su momento; el Málaga es marca de Málaga»

Kike Pérez

Director general del Málaga

La información es ahora escasa y confusa, pero es previsible que poco a poco se irán concretando los detalles de un proyecto que repercutirá directamente en el Málaga. El director general del club, Kike Pérez, considera positivo cualquier avance y mejora que se pueda desarrollar en el estadio, pero también piensa en las repercusiones, en los problemas que pueden derivar hacia su entidad. «A expensas de saber bien los plazos y cómo se organizarán las obras, crecer siempre es bueno. Tenemos que ver bien el proyecto, porque no será fácil la convivencia. Habrá que ver cómo afecta al equipo y a la afición», afirma.

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El ejecutivo es consciente de que el aforo del estadio ha sido insuficiente para albergar a todos los aficionados que quisieron comprar el carné del Málaga para esta temporada, si bien recuerda que esto sólo ha ocurrido dos veces. «Esta temporada, sí, se ha quedado pequeña La Rosaleda, por supuesto. Hemos tenido un récord histórico de abonados. Ha sido algo histórico que sólo se pareció a la temporada de la Champions», explica.

El director general necesita disponer todavía de más datos para poder realizar una valoración definitiva, aunque sigue muy atentamente cualquier movimiento. «Sabemos que las administraciones están pendientes de un estudio que permitirá saber cómo se podría utilizar el estadio y también monetizar los servicios que puedan ofrecerse. Pediremos un informe para conocer cuál será el uso del Málaga y lo que ocurrirá cuando no haya partidos», analiza, a la vez que no descarta que el Málaga pueda entrar en el control y, más adelante, en la propiedad del futuro estadio de Martiricos. «Nosotros escucharemos a quien nos proponga algo de esto. A día de hoy estamos al frente del mantenimiento del estadio, que nos cuesta en cada temporada alrededor de dos millones. A ver cómo queda después», dice.

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Kike Pérez, asimismo, quiere que no se olvide la importancia y representatividad del Málaga a la hora de tomar decisiones que le puedan perjudicar. «Se habla sobre la posibilidad de celebrar eventos cuando no haya partidos, aunque esto es fundamentalmente un estadio de fútbol. Jugar con una grada en obras nos llevaría a tener menos espectadores en el campo y menos abonos disponibles. Está claro que las obras nos tienen que afectar, si bien lo deseable sería que no afectara al rendimiento del equipo en su momento. Y siempre hay que tener presente que el Málaga es marca de Málaga», concluye.

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