El Málaga, sin explotar la carestía de jugadores del Oviedo, que actuó con sólo cinco suplentes

El Oviedo llegaba al partido con siete bajas, el sancionado Tarín y los lesionados Miguelón, Pomares, Dani Calvo, Koba Koindredi, Borja Sánchez y Sangalli. Así las cosas, resultó sorprendente la decisión del nuevo técnico del cuadro astur, Álvaro Cervera, sin contar con jugadores del filial, para disponer de un banquillo a la vieja usanza, con sólo cinco jugadores de campo, pero además con poca variedad en cuanto a las demarcaciones, con tres delanteros como Sergi Enrich, Obeng y el mexicano Flores, y dos centrocampistas que normalmente juegan por dentro como Jimmy y Hugo Rama; es decir, con ningún jugador de banda o defensa.

Frente a ello, el Málaga viajó (en un vuelo que muchos jugadores no olvidarán) con veintitrés efectivos, con lo que disponía a priori casi del doble de elementos en el banquillo (doce) que su rival (sólo con seis), pero a la postre se quedó con uno menos al no poder contar con Lumor.

El lateral izquierdo ghanés no pudo ser inscrito al final para el choque, de forma que deberá esperar al fin de semana al duelo en La Rosaleda ante el Eibar para poder debutar. Faltó un documento del Consejo Superior de Deportes y otro de la Federación Española de Fútbol, pero desde el Málaga hay confianza absoluta en solucionar este extremo en breve tiempo.

A la hora de la verdad, el reducido margen de maniobra del Oviedo se notó. Sólo empezó a cambiar en el minuto 67 y, la primera doble sustitución fue para jugar con tres teóricos delanteros, al quitar a Javi Mier y Abel Bretones para que entraran Obeng (que se situó en la banda izquierda) y Sergi Enrich. Sólo ocho minutos después, en el 75, el Málaga ya había cambiado a media decena de jugadores y agotado el cupo, con lo que pudo refrescar su once, y el Oviedo acabó con cuatro puntas al entrar Marcelo (en la derecha) por Viti. La mala noticia añadida para el Málaga fue la lesión de Luis, con un eguince en el tobillo izquierdo.