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El malaguismo hace sus propias cuentas y todos los caminos llegan a una misma conclusión: el Málaga está obligado a conseguir al menos dos victorias de los próximos siete partidos, los que quedan para el final de Liga. Es lo mínimo, que sumado con ... algún que otro empate podría hacer escapar al equipo de la quema, sobre la que ahora está a tres puntos gracias a que en los últimos tres partidos ha conseguido al menos tres puntos. No era el resultado deseado, pero tampoco el peor. Aunque pesa chocar siempre con el mismo muro y merma el no verse capaz de doblegar al rival. Por eso Sergio Pellicer clamó por una victoria lo antes posible para que el equipo «fluya como antes» y gane confianza.
Y de estas siete finales que se cuentan en el último tramo de la temporada, el Málaga tendrá dos duelos directos, ante Albacete y Deportivo; dos choques contra aspirantes al ascenso, como Girona y Almería, y tres encuentros contra equipos que apuntan a quedarse en tierra de nadie, como Rayo, Sporting y Alcorcón. Con 21 puntos por jugarse, llegar a la cifra de 47 o 48 puntos puede ser sinónimo de salvación.
Pero, como en todas las carreras de máxima igualdad, se está pendiente de cómo el rival puede ser más lento, y en estas últimas vueltas para el final el Málaga parece que se la va a acabar jugando con cinco equipos: Lugo, Numancia, Albacete, Deportivo y Oviedo (porque Las Palmas, que va justo encima del Málaga, tiene cinco puntos más que los blanquiazules). Esto es así, contando a Extremadura y Racing como equipos descendidos virtuales aunque aún no lo sean de forma matemática. Pero necesitan ganarlo casi todo y eso se antoja algo más que milagroso.
El siguiente rival directo del Málaga, el Albacete, llegará a La Rosaleda tras cruzarse con Racing y Alcorcón, dos rivales contra los que le dolería más aún no sacar un resultado positivo. Tras el Málaga jugará con Elche y Sporting, que podrían tener opciones de 'play-off', y acabará contra dos de los punteros que se disputan ahora mismo el ascenso directo, Zaragoza y Cádiz, que para esas jornadas ya podrían haber conseguido sus objetivos.
Y es que aquí los tiempos también marcan las situaciones y lograr esas dos victorias a las primeras de cambio aliviarían la sensación de vivir al borde del precipicio. Y esto también influye en los rivales, que apretarán más o menos según sus circunstancias. No es igual toparse con el Girona mañana domingo (a las 19.30 horas en La Rosaleda) que con un Alcorcón ya salvado y sin opciones de 'play-off' en la penúltima jornada. Igual ocurre con el Almería, contra quien se cerrará la campaña en torno al 19 de julio.
Los partidos marcados en rojo son aquellos ante el Albacete y el Deportivo, que ahora corren por debajo en la clasificación, y es donde el golpe puede ser doble. O triple contando con que se juega también el 'goal average'. En estos casos, el Málaga perdió por 1-0 en Albacete en la primera vuelta y ganó por 0-2 en Riazor, el estadio del Deportivo. El equipo cuenta con ventaja en este factor diferenciador en caso de empate a puntos con el Oviedo (2-1 en La Rosaleda y 1-1 en el Carlos Tartiere) y el Numancia (0-0 a domicilio y 2-1 en casa).
Contra el Lugo está igualado en este aspecto. Son argumentos todos para creer en que los malaguistas están más cerca de la permanencia que del abismo, aunque pasa por que consigan sumar de tres. Ya están obligados y esa presión se hace notar. Eso sí, las buenas sensaciones en defensa que mostraron en Lugo sustentan ahora la confianza en sí mismos dentro de equipo, que espera encontrarse con la victoria aunque sea con un Girona con fama de poderoso aunque ha sido también irregular y no pudo pasar del empate a cero con el Racing hace varias jornadas.
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