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Parece claro que la economía del Málaga sigue mal. La estabilidad actual, desde que el club fue intervenido, no supone que los problemas existentes con las cuentas de la entidad se hayan solucionado por completo. Además, en el último año se ha unido la pandemia ... y sus consecuencias, lo que ha derivado en grandes complicaciones para todos los equipos, incluido el de Martiricos. De ahí que la entidad, por medio del administrador judicial que dirige ahora los destinos del club (José María Muñoz), considere oportuno solicitar un nuevo préstamo (meses atrás solicitó ya otro de cinco millones a través de LaLiga, que deberá devolver en cinco años). Este ejecutivo se ha dirigido a la jueza, según pudo saber este periódico la mañana de ayer, para pedir permiso y comenzar con los trámites encaminados a disponer de una cantidad máxima de dinero de 8,6 millones.
El propio administrados adelantó ya en este periódico que tenía previsto poner en marcha alguna fórmula que le permitiera disponer del dinero necesario para llegar hasta el final del año. El objetivo primordial siempre estuvo centrado en evitar que el Málaga pueda entrar otra vez en un concurso de acreedores, pues puede incurrir en ciertos impagos que obliguen a Muñoz a solicitar esta nueva intervención... Y también se propone con este dinero que LaLiga compruebe que el club dispone de suficiente músculo financiero para que la sanción de no fichar más que a dieciocho jugadores quede en un segundo plano, al menos de una forma parcial. La entidad de Martiricos, de esta manera, no puede permitirse el lujo de perder su solvencia, por lo que necesita contar con una línea de crédito para evitar posibles eventualidades.
El Málaga tiene unos ingresos previstos hasta diciembre que le permitirían evitar, incluso, esta póliza de crédito, pero no todos ellos están completamente garantizados. En algunos casos existen ciertos condicionantes que ponen en duda que el dinero vaya a llegar a tiempo. De ahí la petición del administrador para hacerse con un crédito puente. Como Muñoz afirma en su escrito a la jueza, si los Al-Thani devolvieran sus préstamos quedaría casi todo solucionado de una forma inmediata. Pero, ¿cuáles son los otros factores que pueden cambiar las cuentas del club? Hay dos fundamentales que están en este momento en el aire. Por una parte, el pago de los 4 millones que restan de la venta de Ontiveros. El Villarreal continúa pendiente, a su vez, para pagar (uno de los plazos está ya vencido) de recibir el dinero del traspaso de N'Diaye, en cuya operación intervino también el club de Martiricos (este caso está denunciado en la FIFA y podría quedar solucionado en poco tiempo). De ahí que, en el caso de que este asunto quede resuelto, el problema sería menor y estaría cubierta casi la mitad de lo necesario.
Los abonados, una de las claves
La segunda parte esencial se centra en la posibilidad o no de vender abonos cara a la campaña que viene. El Málaga es uno de los equipos más perjudicados por este asunto, ya que, entre los socios y las taquillas, el club de Martiricos superaba ampliamente los cuatro millones cada campaña. Y esta entrada de dinero está también en el aire al completo o en parte, pues dependerá de la evolución de la pandemia y de los protocolos que se utilicen cara al regreso de los aficionados a los estadios. De esta forma, el crédito que disponga el club, en su caso, estaría pendiente de este asunto también. Aunque la entidad de La Rosaleda también está pendiente, entre otros, de recibir otras cantidades que ha solicitado a terceros, como es el caso de los 2,65 millones a BlueBay por una publicidad que no tuvo ingresos en las arcas del club.
Muñoz, asimismo, ha solicitado el apoyo de las instituciones para este asunto. Ahora deberá ser la jueza quien autorice la puesta en marcha de las gestiones para disponer de un máximo de 8,6 millones en una línea de crédito. Esta sería previsión más pesimista, pues algunas de las partidas previstas seguramente las recibirá. El caso de los abonos, por ejemplo, está en el aire, pero es muy probable que para el arranque del campeonato puedan acudir los aficionados a La Rosaleda. Pero no se sabe cuántos podrían hacerlo. Incluso, todavía no se ha descartado que el público vuelva antes de que acabe esta temporada, aunque este plan sigue parado...
El préstamo que pretende solicitar ahora el Málaga, según el escrito presentado por el administrador judicial (José María Muñoz), será muy diferente al anterior de cinco millones de hace algunos meses. En esta caso sería una póliza de crédito que le permitiera disponer de más o menos dinero, dependiendo de las necesidades y de los ingresos que obtenga, y tampoco está claro qué entidad le adelantaría la suma de 8,6 millones. Según las fuentes consultadas, Muñoz contempla en su escrito a la jueza que este dinero pueda ser devuelto, en su caso, en acciones de la entidad.
El club se propone, siempre que consiga el visto bueno de la jueza (deberán pronunciarse al respecto las partes), abrir una especie de subasta entre cualquier entidad que pueda aportarle el dinero, con el objetivo de elegir después quién se hace cargo del préstamo (será el más barato y el que se adapte mejor a las exigencias de la entidad). En el escrito, el administrador afirma que esta operación se realizará con la máxima «neutralidad y transparencia». Esta opción abre la aportación del crédito a quienes pudieran estar interesados en ayudar al club de Martiricos, sin que deba ser exclusivamente una entidad bancaria.
El Málaga, de esta forma, podría devolver el dinero prestado de la forma habitual, reintegrando la cantidad adeudada en los plazos que se acuerden y con los intereses pactados, pero también contempla la posibilidad de capitalizar esta cantidad en acciones del Málaga, si bien esta opción seguramente quedaría para la ampliación de capital de la entidad, que es previsible que se ponga en marcha cuando la Audiencia Provincial resuelva en junio el recurso de Abdullah Al-Thani contra la decisión judicial que le obliga a compartir la propiedad del club con BlueBay. El proceso está ya en marcha, a la espera de que la jueza dé el visto bueno.
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