Cuando las cosas van mal en un equipo de fútbol la cadena se suele romper por el mismo eslabón, el del entrenador. De ahí que ... al aparecer las crisis deportivas las miradas se dirigen a los banquillos, a los responsables de las plantillas. Y el Málaga no iba a ser una excepción. De ahí que Natxo González esté claramente en el punto de mira tras las dos últimas derrotas y la trayectoria tan negativa con el preparador vitoriano al frente del equipo (un triunfo y tres empates en nueve partidos). El club, en cualquiera de los casos, deberá actuar con cierta rapidez debido a que la competición está en su recta final y la proximidad con el descenso, a seis puntos, obliga a garantizar el acierto en los movimientos que se puedan producir.
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Después del 0-2 ante el Huesca, la situación comienza otra vez a ser otra vez insostenible. La confianza en el entrenador se debilita con el paso de las horas y las urgencias deportivas se hacen más intensas, lo que pone en cuestión la continuidad de González. De todas formas, según ha podido saber este periódico, el técnico seguirá en su puesto y dirigirá el encuentro del viernes en el campo del Girona. Pero esta continuidad podría ser parcial. En el club están analizando la situación y las posibles salidas, lo que supone que, en el caso de que las conclusiones lo recomienden, Natxo González puede ser destituido después de este encuentro de la semana, al margen del resultado del mismo.
Las mismas fuentes aseguran que el Málaga necesita reaccionar lo antes posible y será necesario conocer si el actual técnico tiene la convicción de sacar adelante el proyecto. En el caso de que no sea así, la dirección deportiva deberá encontrar una alternativa fiable para las circunstancias del equipo y de la entidad. Antes, cuando se marchó José Alberto, quedaron descartadas algunas opciones por su alto precio, algo que también puede suceder de nuevo en el caso de que el técnico sea destituido.
Hace dos meses ocurrió algo similar, aunque la afición de La Rosaleda centra ahora sus críticas en el equipo, en los futbolistas, y no en el entrenador. El bajo rendimiento de los jugadores a nivel individual está marcando la trayectoria malaguista. González, de hecho, ha hecho numerosos cambios de todo tipo en busca de la recuperación de algunos de los profesionales más afectados, pero la mejoría está siendo escasa en muchos de ellos. La dinámica negativa se está apoderando del grupo, lo que los convierte en un equipo vulnerable.
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El técnico es consciente de que no pudo suponer un revulsivo a su llegada, pero aseguró que esperaba una recuperación progresiva con el paso de los partidos. Y es cierto que se observó un cierto crecimiento en el juego, pero todo se fue al traste primero en Fuenlabrada y el domingo en La Rosaleda ante el Huesca. Pero los resultados marcan la situación del Málaga, quedándose en segundo plano cualquier aspecto de mejoría que pueda destacar el técnico.
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