El Málaga minimiza los daños

La clave de las dos últimas jornadas estuvo en El Sadar, ya que el pésimo arbitraje facilitó el triunfo de Osasuna y acumuló muchas bajas para el siguiente choque, el de ayer. Era previsible que el equipo se resintiera mucho más de lo que lo hizo en El Molinón. Muñiz viajó sin lateral izquierdo, donde adaptó al central Diego González; dio entrada a un defensa que llegó tras el cierre del mercado, Lombán, y que sólo ha participado unos minutos desde entonces, y, lo más importante, sustituyó a la pareja de medios centro, compuesta por dos de los jugadores más destacados de la plantilla (N'Diaye y Adrián). En este último caso jugaron Lacen y Boulahroud. Y la respuesta de todos ellos fue aceptable durante todo el encuentro, pese a no disponer del ritmo de juego más adecuado.

El punto sumado en los dos encuentros, pese a todo, deja al Málaga por primera vez fuera de las posiciones de ascenso directo (es cuarto, igualado con el Deportivo, que ocupa la tercera plaza), aunque el líder y el segundo clasificado sólo tienen un punto más. La cabeza de la clasificación se ajusta una vez más, ya que los cuatro primeros están separados por esa distancia mínima de un punto. El equipo blanquiazul, de esta manera, ha salvado los muebles gracias, sobre todo, al empate del Granada en su campo contra un Numancia al que superó el Málaga dos semanas antes con gran claridad en La Rosaleda.

El desafortunado encuentro de El Molinón, por su parte, tuvo una novedad positiva en los últimos instantes del encuentro, como fue el debut del filial Keidi Baré, que saltó al campo en el minuto 90 y apenas pudo tomar parte en el juego en esa fase final del choque. El joven internacional albanés, de 21 años, suele entrenarse con el primer equipo, aunque pertenece al segundo. Muñiz tiene mucha confianza en el medio centro, que, incluso, apuntaba ayer al once titular.