Este Málaga tiene mil caras, pero un denominador común, el de que sigue invicto, que no ha perdido aún en su regreso al fútbol profesional. «En Segunda hay que ser regulares, y es lo que hemos sido en estos cuatro partidos», sentenció la noche del ... sábado Manu Molina, uno de los que no tuvo su día en Córdoba. Pese a todo, abundó en la misma línea: «Nunca le perdemos la cara a los partidos y tenemos alma desde el año pasado. El míster nos lo transmite así».
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Lo cierto es que este Málaga en este arranque liguero no deja de ser un equipo un tanto imprevisible en su desempeño, con altibajos en el juego, aunque con el balance de que nunca acaba perdiendo. Si se repasan sus cuatro actuaciones estas han tenido pocas cosas en común, muy condicionado por el rival o las circunstancias peculiares en que se desarrolla cada encuentro. El equipo ha transmitido siempre espíritu de sacrificio, pero su manejo de los partidos ha estado marcado por las intermitencias.
En A Malata (2-2) estuvo a merced del rival en el arranque, pero atinó con un golazo de Kevin antes del descanso y desde entonces se manejó con cierto descaro en un partido con alternativas, en el que cada vez que se adelantó en el marcador llegó una respuesta local, y en el que el Racing de Ferrol ofreció más remate. En cambio, la imagen ante el Mirandés (1-1) fue muy pobre en un duelo propicio para haber sumado la primera victoria, ante la situación en la que llegaba el rival, con una planificación de fichajes tardía y pocos efectivos. El Málaga, con poco ritmo, no supo hincar el diente a un buen repliegue del cuadro burgalés, que se puso en ventaja en el tanteo con un gol de Panichelli y que pudo marcar otro en el segundo tiempo en un centro-chut al palo de Homenchenko.
Se puede decir que Dioni, con su gol, salvo un punto... y gracias, porque el cuadro local no mereció más, como en Córdoba (0-0), a merced todo el partido de un rival que presionó mejor, que maniató a las huestes de Pellicer y puso muchos centros laterales. El que llegaba como colista provisional de la competición puso muchos centros desde la línea de fondo y dispuso de buenas ocasiones para ganar, pero la línea defensiva y Alfonso Herrero, y otras veces los fallos en la zona de definición de los blanquiverdes sostuvieron el resultado final, inmerecido a los puntos. El Málaga apenas hilvanó pases, pero salió airoso.
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Han sido tres rivales llamados a pelear en la mitad baja de la tabla en Segunda División y ante los que se firmaron sendas tablas, y, sin embargo, en el duelo más complicado sobre el papel y pese a disputar más de medio partido en inferioridad numérica, se vio la mejor versión del Málaga (2-1 al Albacete), que resolvió en el añadido gracias a un penalti transformado por Antoñito Cordero, y que tuvo mucha verticalidad, intensidad y generosidad en el despliegue, con una gran noche de sus jugadores más jóvenes.
Este Málaga camaleónico, imprevisible, pero que nunca pierde, ha sumado ya seis puntos. Le pueden quedar 44 para cumplir el primer gran objetivo de la temporada, asegurar la permanencia en Segunda un curso más. Sin embargo, la sensación dominante es que sigue siendo un melón por calar. Puede parecer precipitado extraer más conclusiones a estas alturas. La defensa, que sostuvo al equipo en El Arcángel, no estuvo tan firme en A Malata; el eje del centro del campo está por armar, con la tardía incorporación de Luismi y sin que se haya podido sumar Ramón, y en el ataque el tiempo dirá si Dioni es el referente, y no Castel o Baturina.
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Marcado un año más por las lesiones ya en Córdoba (partió prácticamente con siete bajas y con hombres como Haitam y Castel, que tampoco jugaron, lejos de su plenitud), enfila ahora un tramo de calendario a priori más exigente: recibirá al Huesca el sábado (18.30 horas), el que era líder de la competición, aunque el sábado sufrió su primera derrota (0-1 del Burgos), otro detalle que demuestra que se debe relativizar la clasificación actual, pues queda mucho campeonato por delante; visitará al Granada (viernes 20, a las 20.30), uno de los aspirantes al ascenso al menos por su potencial deportivo, y después se medirá en La Rosaleda al Elche (sábado 28, a las 21.00). Los próximos rivales (Deportivo, Cádiz, Oviedo, Tenerife, Eibar y Levante) certifican esa cuesta más empinada pendiente.
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