Pepe Mel comienza a dar con la tecla del Málaga

Diecinueve jornadas después, además de un partido de la Copa disputado, el Málaga continúa tras su identidad real para afrontar una competición en la que ya sólo lucha por la permanencia. La ausencia de jugadores de banda está lastrando cualquier progreso que el bloque alcanza, pues la confección de la plantilla se hizo teniendo en cuenta otras fórmulas de juego en las que se requerían más jugadores interiores, con escasa atención a los extremos (y con los laterales justos). Ahora todo es diferente y los planes son más conservadores o clásicos, lo que obligará al club a reforzarse en el mercado invernal en estas posiciones donde ahora existe un gran déficit.

Aunque la recuperación no está consolidada, sí se observa un avance en el rendimiento del equipo y en la fortaleza mental del mismo cuando llegan los problemas, en la resistencia que presenta ante las adversidades o la calidad del rival. Seguramente ayudado por las terapias de la psicóloga encargada de esta labor, María Cabrera, el Málaga baja su nivel en determinados momentos de los últimos partidos, pero generalmente es capaz de reaccionar y sobreponerse a los traspiés que le aparecen, como ha ocurrido en anteriores desplazamientos en los que el equipo jugó con un hombre menos durante muchos minutos. Y todo ello contra rivales de primer nivel, que buscan el ascenso.

Poniendo como ejemplo el choque ante el Granada, al margen del sistema de juego y los cambios ordenados por Mel (fueron abundantes), el bloque mostraba debilidades en defensa en momentos puntuales, pero nunca bajó los brazos. Aguantó hasta el final en busca de un triunfo que no pudo conseguir por muy poco (aunque el Granada tuviera muchas ocasiones). Parece claro que el entrenador no puede alcanzar el equilibrio hasta que no lleguen algunos refuerzos que están ya previstos, pero el Málaga está superando una etapa muy dura salvando los muebles, sin venirse abajo, a la espera de mejores momentos que le permitan salir de la zona de peligro (Mel afirmó que esto lo conseguirán en enero).

Casi dos meses y medio después de hacerse cargo del banquillo blanquiazul, el preparador madrileño presenta unos números todavía escasos, insuficientes para remontar todavía. En los trece compromisos ligueros se hizo con doce puntos (en los seis primeros del campeonato, con Pablo Guede, el Málaga sumó los tres del triunfo en Miranda de Ebro), mientras también logró con mucha dificultad clasificarse para la segunda ronda de la Copa del Rey tras eliminar a la Peña Deportiva.