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El Málaga sigue escribiendo sus peores páginas de los últimos años. Las soluciones llegan con cuentagotas y no acaban de resolver la caída libre de un equipo que pierde una y otra vez con demasiada facilidad frente a rivales muchas veces con grandes limitaciones. ... La plantilla continúa renovándose, pero el equipo no funciona, no es capaz de completar un encuentro sin errores ni desajustes. Perdió de nuevo, en este caso en Getafe, y sigue hundido en la zona baja de la clasificación. El futuro se le oscurece cada vez al Málaga y las sensaciones son nefastas.
El triunfo era imprescindible para reaccionar, pero el conjunto de Martiricos, pese a mejorar tímidamente en cuanto a orden, mantiene sus habituales despistes, además de crear poco fútbol de ataque y carecer de pegada en algunas opciones de cierta relevancia. Como dice el refrán, ‘a perro flaco todo se le vuelven pulgas’, ya que no tiene ni siquiera la más mínima suerte. Más bien todo lo contrario. Y acabó la primera vuelta con cifras claras de descenso. El club debe encontrar más soluciones, ya que queda media Liga y nadie debería resignarse.
Míchel hizo mínimos retoques en el equipo, aunque de cierto calado. Dio entrada a Ricca para el lateral con el objetivo de tener más profundidad y también, como se preveía, utilizó desde el inicio a Adrián, de nuevo como medio centro, mientras que dejó muy aislado arriba al joven En-Nesyri. Y arrancaron como titulares los recientes fichajes Iturra e Ignasi Miquel, y se quedó en el banquillo Bueno (salió después).
Nada más comenzar apareció el miedo, casi el pánico, ya que parecía que se iba a repetir el terrorífico guion de otras veces: el malagueño Portillo lanzó un preciso pase perpendicular para que Jorge Molina superara a Ignasi Miquel y fallara en última instancia al enviar el balón cruzado, fuera, cuando estaba solo frente a Roberto. La fortuna sí acompañó en este caso a los malaguistas, que a partir de ahí (se jugaba el minuto 3) mantuvieron el equilibrio ante un rival sin ansiedad ni estrés, pero también con sus limitaciones.
Los naranjas (así vistió el conjunto blanquiazul) disponían de la posesión, mostraban cierta superioridad en el control del centro del campo, pero carecían de profundidad, de oportunidades para marcar. En-Nesyri estaba solo frente a la defensa local, lo que impidió que llegaran las ocasiones más allá de algún lanzamiento lejano o ciertas aproximaciones con peligro. La más clara quizás la tuvo Keko al final del primer tiempo, pero su lanzamiento desde dentro del área fue demasiado flojo (la jugada estuvo precedida de una buena acción individual de Iturra).
Getafe
Emiliano Martínez; Damián, Bruno, Cala, Antunes; Arambarri, Fajr; Portillo, Shibasaki (Sergio Mora, min. 83), Amath (Ángel, min. 61); y Jorge Molina (Pacheco, min. 93).
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0
Málaga
Roberto; Rosales, Luis Hernández, Ignasi Miquel, Ricca; Recio, Iturra (Bueno, min. 76), Adrián; Keko (Peñaranda, min. 70), En-Nesyri y Chory Castro (Mula, min. 81).
gol. 1-0, min. 73: Cala
árbitro. Martínez Munuera (Comité Valenciano). Mostró cartulina amarilla a Amath (min. 10) y a Antunes (min. 14) por parte del Getafe y a Recio (min. 91) por parte del Málaga.
incidencias. Partido correspondiente a la decimonovena jornada de la Liga Santander disputado en el Coliseum Alfonso Pérez ante 9.516 espectadores.
Pero, tras el descanso, el aburrimiento comenzó a dejar paso a ciertas acciones con profundidad y algunas ocasiones para un Málaga que pudo adelantarse en unos minutos de presión en los que dejó anulado al contrario. La mejor oportunidad fue para Ricca al rematar una falta lateral. Pero el Getafe no estaba dispuesto a rendirse y también quiso probar en ataque. El choque se convirtió por momentos en un correcalles. Sin pronóstico.
Y comenzaron los cambios. Primero movió ficha el Getafe con un delantero, y Míchel hizo lo mismo, dando entrada a Peñaranda. Ahí se estabilizó de nuevo el choque hasta que marcó el Getafe instantes después en una jugada a balón parado: Cala superó en última instancia a Roberto en un remate de cabeza muy cercano. Los desajustes eran muy claros. Las facilidades para el jugador local fueron máximas. Un desastre total.
La película se repetía. El Málaga era incapaz de mantener su seguridad defensiva durante un partido completo. Míchel hizo debutar a Bueno y también dio entrada a Mula en busca de una reacción in extremis, a la desesperada. Pero la sentencia parecía clara, el Getafe sólo esperaba que llegara el final del choque. El equipo malaguista dispuso de alguna opción en esa fase final, pero la suerte tampoco lo acompañó. Y todo sigue igual en el equipo de Míchel en el ecuador de la Liga. Queda la mitad para reaccionar.
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