Examen de paciencia para el Málaga

En Segunda División sumar siempre es positivo, básicamente porque no perder genera confianza en la plantilla. No obstante, cuando se acumulan los empates mirar hacia arriba es casi inviable, sea cual sea el objetivo. Por eso el Málaga está en la mitad de ese interminable pelotón de equipos a caballo entre los 'play-off' y la zona de descenso. Esta situación constituye un arma de doble filo, porque, igual que con dos victorias se disparan las expectativas, un par de tropiezos provocan cierta zozobra.

Y como en esta categoría presidida por la igualdad el nombre vale de muy poco, conviene no llamarse a engaño con el oponente de esta noche (20.30 horas, Gol), a priori de menos atractivo para el aficionado que el histórico Zaragoza o los descendidos Valladolid y Huesca, por citar los tres últimos rivales. Y la cuestión es que el Málaga afrontará en Martiricos un examen de paciencia. El cuadro gallego no tiene el más mínimo recato en encerrarse en su parcela para buscar una opción al contragolpe, así que los pupilos de José Alberto tendrán que buscar fórmulas para no caer en el tedio de estrellarse una y otra vez con un muro, pero al mismo tiempo deberán extremar las precauciones para no dejar huecos.

Los argumentos ofensivos del Lugo no son precisamente numerosos, aunque es obligado reseñar que su mejor futbolista es el extremo derecho Gerard Valentín, por lo que el Málaga deberá evitar los descuidos habituales en el costado izquierdo de la zaga, en el que ni Javi Jiménez ni Cufré terminan de convencer (el papel del central de esa zona también será crucial). El otro punto fuerte del equipo del Anxo Carro es su juego aéreo, así que los futbolistas blanquiazules no pueden hacer concesiones en faltas laterales u otras acciones susceptibles de que el rival acumule hombres de envergadura en busca del remate.

En lo que respecta al propio Málaga, hoy se hará más imprescindible que nunca una circulación fluida de la pelota. Precisamente la falta de continuidad le pasó factura frente al Zaragoza y convirtió su actuación en un puñado de arreones sin premio. El martes, en Huesca, se atisbó un punto de inflexión, con mejor rendimiento en la segunda parte, aunque a cambio el entrenador no quiso mover ficha hasta la recta final dada su satisfacción por el rendimiento de los jugadores en liza. Más allá de la situación de Kevin, sometido entonces a una 'cacería' ante la que el árbitro mostró una actitud lamentablemente pasiva, queda la duda sobre la recuperación de futbolistas que pudieron acabar agotados (tal vez Paulino fue el caso más evidente) o del mismo Sekou, que al fin gozó de la titularidad –tras varias semanas de acondicionamiento físico– y no fue sustituido hasta el minuto 84.

Está por ver además la composición del centro del campo; es decir, hasta qué punto José Alberto se decanta por la solidez de la pareja Escassi-Genaro (antídoto a las salidas fulminantes del rival) o por la presencia de Ramón junto a Escassi (apuesta a priori más lógica para mover la pelota y encontrar huecos en el sólido dispositivo defensivo lucense). Esta noche tocará picar mucha piedra, como se suele decir, y generar pasillos o situaciones de superioridad numérica cerca del área visitante. El Málaga afronta un examen de paciencia.