La lesión de Luismi reabre el debate del pivote

La opción que cobra fuerza es la del joven Izan Merino. El malagueño tuvo una presencia residual en el primer equipo la pasada temporada, con tan sólo una titularidad (78 minutos en Copa del Rey frente al Eldense) y algunos minutos durante la fase regular en Primera Federación, pero esta campaña, acumula 55 minutos repartidos en tres encuentros, y 45 de ellos vinieron el pasado fin de semana ante el Deportivo en Riazor. Merino ofreció un excelso rendimiento en un escenario de alta exigencia, impropio de un futbolista de su edad en una posición considerada 'de alto riesgo' en el fútbol.

El canterano sustituyó a Manu Molina al comienzo de la segunda parte e hizo todo lo posible para desencallar el empate ante el cuadro gallego. Tuvo un 85% de acierto en el pase en una zona de riesgo, en la que un error puede resultar condenatorio, tres duelos en el suelo ganados de tres disputados y un disparo envenenado que requirió de la estirada del guardameta deportivista para evitar el tanto del centrocampista blanquiazul. Merino demostró personalidad en La Coruña y pudo provocar que Pellicer se decante por él como titular en Cádiz. Si bien es cierto que es necesario explicar que Merino no actuó como un 'pivote al uso', ya que Luismi ejercía un rol más posicional, lo que permitió al futbolista formado en La Academia hacer gala de su llegada, el joven centrocampista se ha desempeñado en el puesto de mediocentro defensivo en su etapa formativa a pesar de no participar en esa posición en el primer plantel malaguista.

No obstante, Pellicer deberá ir con cuidado con respecto a la introducción de un jugador tan joven en un encuentro tan importante ya que puede resultar perjudicial, puesto que la posición de mediocentro requiere de un futbolista cerebral y con experiencia, y un error (hecho perfectamente natural en jugadores jóvenes) puede minar la confianza de un jugador. Sin embargo, hasta el momento, Merino ha demostrado valentía y que está capacitado para rendir al máximo nivel.