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El primer objetivo que se puso el Málaga a la hora de preparar un nuevo equipo para esta temporada fue fichar delanteros contrastados para evitar volver a ser el peor ataque de la Liga como en el curso anterior. Sin embargo, pasadas las primeras diez ... jornadas de la presente campaña, se puede constatar que los esfuerzos económicos para firmar a jugadores con capacidad goleadora como Rubén Castro, Fran Sol, Álex Gallar o Villalba, entre otros, no está dando resultados por el momento, lo que está teniendo un grave efecto.
El equipo está condenado por su falta de gol. Encadena ya tres partidos consecutivos sin marcar (ante Racing, Andorra y Leganés) y sólo ha sumado seis tantos en diez encuentros. Un balance más negativo aun asi se compara con los 14 goles en contra. Con la llegada de Pepe Mel, que lleva ya cuatro fechas del calendario en el banquillo malaguista, el conjunto blanquiazul ha mejorado su media defensiva, pero ha empeorado más aún su balance ofensivo y esto le está mermando sobremanera.
Desde el debut del nuevo entrenador, el Málaga ha ofrecido versiones muy similares en sus compromisos ligueros. Se presenta en ellos con un buen inicio basado en el orden y el rigor táctico, pero con el paso de los minutos se va desmoronando al verse sin acierto cara al área rival, un terreno donde se muestra perdido, incapaz. No encuentra el camino del gol este plantel, que se diseñó con la esperanza de que fuese infinitamente más prolífico y contundente ante el marco contrario.
Ante el Leganés, los malaguistas no aprovecharon su mejor momento pasada la media hora de partido. Consiguieron el dominio mediante robos constantes en campo contrario (hasta la afición local pitó a su equipo), pero se quedó en anécdota porque la producción en ataque no llegó a funcionar una vez más. Ni los centros de Juanfran, que durante la primera parte tuvo protagonismo al jugar esta vez de extremo (Bustinza ejerció de inicio como lateral derecho), llegaban con posibilidades de remate claro para Fran Sol, ni los desmarques a la espalda de la defensa de Febas o de Fran Villalba llegaron a buen puerto.
El Málaga no intimidó en ningún momento al guardameta del Leganés, Asier Riesgo. Ni siquiera a balón parado, que pudo haber sido decisivo con la posibilidad de lanzar hasta tres saques de esquina casi consecutivos. Acabó el encuentro y no se pudieron reseñar oportunidades claras del gol para un Málaga que se encuentra atascado y frustrado. Esperaban dar mucho más, pero no se entienden entre ellos en el campo y las individualidades no son suficientes.
Pepe Mel intentó innovar a la vez que daba descanso a Rubén Castro por la acumulación de partidos esta semana. En vez de seguir apostando por la principal y clara referencia ofensiva (es el único que lleva más de un gol, en concreto dos), puso a Fran Sol y Fran Villalba como pareja de atacantes. Pero ninguno sirvió como rematador a la hora de aprovechar los centros colgados al área, que fueron varios. Ni tampoco pudieron con los defensas rivales en el juego de espaldas a la portería. Urge seguir buscando soluciones porque sin goles no se pueden ganar partidos y el Málaga necesita empezar a sumar de tres en tres con extrema celeridad.
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