El Málaga, a estabilizar su pulso en Segunda División

El hecho de que el Huesca sea un hueso de los clásicos de Segunda complica más si cabe cualquier vaticinio, así como las bajas en las filas del cuadro de Martiricos, que no acaba de remontar el vuelo en este capítulo. Después de sufrir por la permanencia hace unos meses y tras un verano en el que el club aragonés estuvo a un paso del concurso de acreedores, situación resuelta con una ampliación de capital tras el apoyo firme de empresarios locales, al final el Huesca no se ha vendido a grupos internacionales, pero encara la competición con el límite salarial más bajo de toda Segunda, como se conoció este jueves, apenas 2,5 millones de euros.

De momento no le va nada mal al equipo, con tres triunfos de salida y la derrota de hace una semana ante el Burgos en El Alcoraz, cuando pesó la expulsión de Villarrasa en un despiste defensivo del 'carrilero' izquierdo. Verse segundo a estas alturas, con pleno de puntos en las salidas (1-3 en Granada y 0-1 al Elche), debe de ser un motivo de orgullo para las huestes del exmalaguista Antonio Hidalgo, con una plantilla corta de efectivos, pero con piezas que quiso Loren Juarros para su proyecto, como Soko.

El Huesca de Hidalgo es digno heredero del de Ziganda. Hurga en los errores de los rivales, explota a las mil maravillas las acciones a balón parado (lleva ya tres tantos de córner y uno de falta, y muchos de sus jugadores defensivos ya han visto puerta) y se mueve muy bien en las transiciones, con la velocidad y verticalidad del malagueño y exmalaguista Joaquín y del citado Soko.

La eficacia en las áreas, la sensación de encontrarse cómodo en partidos de desarrollo cerrado, definen a este Huesca, un rival siempre complicado como visitante y ante el que el Málaga va a necesitar un plus de atención, paciencia e inteligencia para no verse penalizado por sus errores.

Pellicer recupera a Álex Pastor, aunque es probable que mantenga a Nelson y Galilea como pareja de centrales ante su buen desempeño en Córdoba. Mientras tanto, la nómina de ausencias sigue siendo muy significativa. Es inminente el regreso de Víctor Sánchez, pero no sería probable que jugara ya, y tampoco se espera a Dani Lorenzo, con problemas en la planta de un pie (seguramente una fascitis), que le han impedido entrenarse con normalidad esta semana. Kevin, Larrubia, Lobete (cuya lesión es mucho menos grave) y Moussa tampoco van a estar disponibles, y con Ramón (que aún no ha ido convocado), Haitam y Castel tampoco hay confianza como para darle noventa minutos de partido, aunque todos se entrenan con el grupo.

De esta forma, por más que tenga a veintiocho jugadores a sus órdenes, se limita su repertorio. Una de sus decisiones más importantes tiene que ver con el centro del campo. En el 4-2-3-1 (que en ataque se parece más a a un 4-1-4-1, al ser un solo 'pivote' el que se mete atrás en la salida del balón) el técnico se decantó por primera vez en el último partido por Luismi y Manu Molina, pero no mezclaron bien. El Málaga tuvo poco balón y criterio con él, pero la baja de Dani Lorenzo complica todo. Juanpe e Izan Merino, Sangalli y Aarón Ochoa son múltiples opciones en ese escalonamiento de jug