Secciones
Servicios
Destacamos
Pablo Guede seguirá en principio una semana más. El Málaga no se plantea la destitución pese al comienzo liguero (cuatro derrotas en cinco partidos) y se conforma con la mínima derrota sufrida por el equipo en Huesca para no mover ficha durante esta semana. Eso ... sí, el exdelantero blanquiazul afrontará en Tenerife el partido decisivo para evitar su despido.
Desde el nuevo batacazo en La Rosaleda, frente al Albacete, se daba por seguro que los dos partidos consecutivos a domicilio (en Huesca y Tenerife) iban a marcar el futuro de Guede. Sólo una derrota abultada en El Alcoraz habría suscitado alguna duda sobre la continuidad del entrenador, pero tampoco existía una certeza sobre esta cuestión. A José María Muñoz ya se le vio muy preocupado tras la derrota frente al conjunto manchego y a nadie se le escapa que él es la cabeza visible del club. La responsabilidad de todas las parcelas recae en él por su condición de administrador judicial, por lo que está por encima del director deportivo, Manolo Gaspar.
Precisamente Manolo ha pasado unos días de vacaciones. Era una decisión que había adoptado (y también comunicado a Muñoz) después de un mercado veraniego muy intenso y, de hecho, su intención era haberlas comenzado el lunes de la semana pasada, pero tuvo que demorarlas ante la convocatoria de una rueda de prensa para analizar todas las cuestiones relativas a la planificación de la primera plantilla. Como además el director deportivo no estuvo en la expedición que viajó a Huesca, el primer cambio de impresiones entre el administrador y él sólo pudo hacerse por teléfono.
Manolo sigue convencido de la capacidad de Guede para revertir la situación del equipo, pero los números asfixian. Las sensaciones, según entienden en el club, son mejores que en las derrotas anteriores, aunque conviene recordar que el Málaga no tiró una sola vez entre los palos en El Alcoraz. Es cierto que en la faceta defensiva no se observó tanto descontrol como en encuentros anteriores, pero tuvo mucho que ver la presencia de N'Diaye, último fichaje realizado y en una posición que a priori no estaba previsto cubrir. Sí se observó más implicación en la contención y también un equipo con las líneas más juntas, y a ello se aferran en La Rosaleda para confiar en un cambio definitivo en la tendencia del juego y de los resultados.
«El equipo estuvo metido, corrió y generó situaciones que no concretó», destacó Guede en su valoración posterior al partido frente al cuadro oscense. El Málaga tuvo más acercamientos y llegadas que ocasiones claras, aunque más por una táctica de acoso y derribo que por una idea general de juego en ataque. «Hubo un par de pelotas cruzadas que creo que podían haber entrado o las tres que tuvimos en el primer tiempo», se justificó el técnico.
Pese a la condición de penúltimo en la clasificación (por encima sólo del Mirandés, el único al que ha podido doblegar en el primer mes de competición), el Málaga pretende transmitir un mensaje de calma e insiste en que no se puede cuestionar el proyecto tras cinco partidos y con tantas caras nuevas en la plantilla. No obstante, otra derrota en el próximo compromiso, en el Heliodoro Rodríguez López (el lunes, a las 21.00 horas), dejaría al equipo en una situación muy delicada. Y no sólo descolgado de la zona alta, sino incluso comenzando a plantearse la permanencia como objetivo prioritario. Ese encuentro va a ser crucial para que Guede evite el despido, aunque nadie puede asegurar que los nubarrones sobre su figura vayan a desaparecer si vence dentro de cinco días y luego vuelve a pifiarla en casa, con motivo de la visita del Villarreal B.
Guede se jugará el puesto en Tenerife, precisamente donde hizo su mejor planteamiento desde que se hizo cargo del Málaga. Gracias a aquel triunfo por 0-2 el equipo llegó a 42 puntos y dio un paso gigantesco para lograr la permanencia. Luego, como es sobradamente conocido, las derrotas del Amorebieta y la Real B en la jornada siguiente (la penúltima) se la garantizaron matemáticamente al mismo tiempo que el cuadro blanquiazul firmaba una tarde bochornosa en La Rosaleda frente al Burgos.
Aquel partido en el Heliodoro Rodríguez López en la antepenúltima jornada era crucial para el Málaga porque podía caer en puesto de descenso y obligarlo a ganar los dos últimos partidos. Además, el Tenerife, afianzado en la cuarta plaza, había sumado cuatro victorias y dos empates en los seis partidos anteriores. Incluso, afrontaba la cita después de vencer consecutivamente a domicilio al Lugo (0-2) y al Girona (0-1).
Guede planteó el partido con un 4-4-2 en rombo, pero en la salida de la pelota retrasaba a Genaro para evitar la presión y acumular más hombres en campo contrario. La actuación fue incluso mejor que en Leganés (pese a que el triunfo en Butarque fue más contundente, 0-3), con control del partido, llegadas con facilidad al área, juego por las bandas... Vadillo y Febas, en los minutos 8 y 48, marcaron los goles de un triunfo que a la verdad, visto el desenlace de la Liga y esta campaña, fue todo un espejismo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.