Guede se la juega (primera parte)
SECRETO DE SUMARIO ·
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SECRETO DE SUMARIO ·
¿Y si el Málaga ofreciera una mala imagen en Huesca? La respuesta parece ser una cuestión tabú, pero la situación ya sería irreversible para el entrenadorLa pregunta flota en el aire malaguista. ¿Y si el Málaga sufriera otra dolorosa derrota y ofreciera una mala imagen en Huesca? Que Pablo Guede está en la cuerda floja es obvio, porque, más allá de que desde el club se lance el mensaje de ... que el entrenador está capacitado para revertir la situación, la afición se pronunció con demasiada contundencia sobre su figura el pasado domingo, al término del encuentro frente al Albacete. Y además con una incontestable unanimidad. Ese es mal síntoma porque ya se sabe por experiencia que a medio plazo volverá a estar cuestionado en el momento en que se produzca cualquier tropiezo. Pero, como es obligado centrarse a corto plazo, el futuro del exdelantero blanquiazul en el banquillo va a depender del rendimiento del equipo quizá incluso mañana en El Alcoraz.
Nadie quiere poner sobre la mesa la posibilidad de una destitución. Guede es una persona querida dentro del Málaga y en gran parte del entorno. En los contratos con sus distintos equipos siempre incluyó una cláusula liberatoria por si se daba el caso de una oferta desde La Rosaleda. Las circunstancias no se habían dado hasta que a finales del pasado mes de marzo el técnico recibió la llamada de su amigo Manolo Gaspar y ni se lo pensó pese a que su intención era tomarse un periodo de descanso. Su sueño siempre había sido entrenar al equipo blanquiazul y no dejó pasar el tren.
Pero el incuestionable malaguismo de Guede no ha llevado aparejados los resultados deseados. El Málaga se salvó mal que bien la pasada temporada, con una recta final decepcionante (como la segunda etapa, de la mano de Natxo González). El equipo tampoco acabó con su crisis de resultados en casa y necesitó la carambola de varios equipos. Probablemente el mejor planteamiento se produjo precisamente en Tenerife, donde jugará la próxima semana en una cita que se prevé crucial.
No obstante, una cuestión es el malaguismo de Guede y otra, bien distinta, su papel en el banquillo. Y ahí su inmovilismo en cuanto al estilo le está pasando demasiado factura. Ojo, que siempre conviene hablar de estilo y no de sistemas, porque hasta en ese punto se ha producido un viraje desconcertante. Durante casi toda la pretemporada se trabajó y se ensayó con esquemas de tres centrales –incluso da la sensación de que la plantilla está estructurada en función de un 3-4-1-2–, pero en la última semana se pasó a hacerlo con una línea de cuatro atrás y después, a la hora de la verdad, el Málaga juega más minutos con un cuarteto en la cobertura, y no sobre la base de los tres centrales.
El estilo de Guede está fuertemente cuestionado, así que no sorprende que durante la semana haya recibido continuos mensajes de que el equipo debe blindarse mejor para no sufrir. Sin defensa no suele haber éxito en Segunda, pero con una hemorragia defensiva como la que exhibe el equipo (señal inequívoca de que todos los rivales saben cómo hacerle daño) puede estar en riesgo hasta la permanencia. Esta temporada se presume mucho más igualada, con puntuación más pareja para estar entre los mejores, y a priori con pocos candidatos a bajar con cifras bajas.
Se da por hecho que el futuro de Guede va a depender de los dos próximos partidos, pero internamente también existe el temor a que el Málaga se instale en la zona baja y que luego deba comenzar una titánica lucha por salir de ahí. Hace dos temporadas ya le sucedió al Zaragoza, que después de un desastroso comienzo sufrió durante muchos meses para alejar los miedos del descenso.
Hablar de una posible destitución de Guede es una cuestión tabú, pero a estas alturas sí han aparecido nervios en La Rosaleda. La actitud del público el pasado domingo, en el segundo partido en casa, se ha recibido como una seria advertencia de que esta vez la afición no va a conformarse con ver pasar las semanas sin decisiones de calado. Al margen, claro está, de que la inversión de las instituciones (Ayuntamiento y Diputación) implica también una exigencia al proyecto.
Se da por hecho que una drástica decisión correspondería a Manolo Gaspar en su papel de director deportivo, pero conviene recordar que José María Muñoz no sólo es el administrador judicial, sino también el responsable del club. Su opinión también tendría un peso considerable de complicarse aún más el panorama deportivo del Málaga (de perder mañana, con sólo tres puntos en cinco partidos). Nadie quiere poner sobre la mesa la posibilidad de una destitución, pero Guede sabe que se la juega. Y en Huesca se escribirá la primera parte.
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