Guede sigue en cuclillas el encuentro en Burgos. agencia lof
Málaga CF

El mayor fracaso de Guede

Pese al magnífico arsenal ofensivo del que dispone en el Málaga, el equipo sólo lleva dos goles en jugada y se ha quedado sin marcar en tres de los cinco encuentros

Martes, 13 de septiembre 2022, 23:58

Ni un solo tiro entre los palos. Ese fue el paupérrimo balance ofensivo del Málaga el pasado domingo en su visita al Huesca. Es un dato más que refleja el mayor fracaso de Pablo Guede como entrenador blanquiazul en un arranque de Liga para olvidar. ... Pese a disponer de un arsenal que ya hubieran querido sus antecesores en el cargo –y sobre todo en lo que respecta a la figura del delantero centro–, el equipo se ha quedado sin marcar en tres de los cinco primeros encuentros y, además, sólo ha logrado dos goles en jugada.

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Desorden y barullo. Esos son los dos términos más adecuados para calificar el papel ofensivo del Málaga en el tramo inicial del campeonato. Y constituyen la principal causa de que el equipo tampoco esté respondiendo en ataque pese a contar con futbolistas que a priori debían asegurar más ocasiones claras y, por supuesto, más gol. De este modo, apenas ha tenido réditos el esfuerzo del club en verano para traer a rematadores de nivel (uno de contrastada solvencia a nivel nacional como Rubén Castro y otro deseado por no pocos equipos de Segunda, Fran Sol) y también a futbolistas con notable capacidad como pasadores (casos de Álex Gallar, Fran Villalba y, cómo no, Febas, al que hubo que esperar hasta que se desvinculara del Mallorca).

Muy lejos de las expectativas

Hasta el momento las cifras del Málaga en ataque distan mucho de las expectativas, como sucede con la posición clasificatoria. Todos los entrenadores rivales inciden en su comparecencia previa al partido de turno en la capacidad ofensiva del equipo, en las virtudes de determinados futbolistas. Y estos, con nombres y apellidos. Pero de momento los seguidores blanquiazules han debido conformarse con muy poco.

El Málaga fue incapaz de marcar en el estreno liguero, en Burgos; apenas creó peligro en casa frente a Las Palmas, que lo humilló sin piedad, y volvió a mostrar el pasado domingo, en Huesca, su ya habitual atolondramiento en ataque. En El Alcoraz únicamente hubo que consignar en la primera parte dos salidas explosivas de Febas en sendos saques de esquina del rival. Poco más. En la segunda brilló Haitam con dos acciones desde la derecha con su pierna izquierda (juega a banda cambiada) y, si acaso, alguna acción individual de Febas por la banda izquierda que no llegó a buen puerto.

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En el capítulo ofensivo el Málaga sólo ha mostrado desorden y barullo, consecuencia del empeño en jugar por dentro

Precisamente la actuación de Haitam supone un indicativo claro de los males del Málaga. Extremo puro como es, empezó en esa función y después de sus dos acciones se situó por dentro, como tantos otros compañeros.

La falta de profundidad por las bandas es manifiesta, consecuencia del estilo que predica el entrenador y también de la escasez de extremos o del flojo nivel de los laterales. El equipo se muestra obcecado a la hora de combinar en acciones interiores, lo que supone un embudo a la hora de atacar que también contribuye a la eficacia del dispositivo defensivo planteado por el rival. Pero no es únicamente un déficit de juego por las bandas. Al Málaga también le falta juego entre líneas para hacer daño al contrario. A Guede le gusta jugar con dos delanteros, pero ya se ha comprobado que contar con dos arietes como Rubén Castro y Fran Sol, hombres de área que no brillan para recibir de espaldas en la media punta, también es un obstáculo y no suele aportar soluciones.

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Pedir el balón al pie

Como además los futbolistas de segunda línea se empeñan en pedir el balón al pie y de cara a la portería es más complicado sorprender. Sólo se produce cuando el contrario está saliendo o está desubicado en un contragolpe blanquiazul y permite una triangulación. De hecho, así llegaron los dos únicos goles en jugada, ambos en Mirandés, obra de Javi Jiménez (el 0-1) y de Fran Sol (el 1-3).

La presencia de dos arietes como Rubén Castro y Fran Sol limita al máximo el juego entre líneas para hacer daño

Los otros dos goles materializados por el Málaga llegaron a balón parado, otra faceta en la que está obligado a hacer más porque tiene buenos lanzadores. El segundo tanto en Miranda de Ebro tuvo su origen en una falta lateral de Álex Gallar que remató de forma sutil Rubén Castro en la prolongación del primer palo al lado contrario, y el marcado frente al Albacete se produjo en una segunda jugada a raíz de un saque de esquina, culminada al segundo intento por Escassi tras centro de Ramón.

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De momento Pablo Guede no ha sabido sacarle partido al enorme arsenal ofensivo del que dispone: tres encuentros sin marcar y sólo dos goles en jugada. Ese es su mayor fracaso como entrenador del Málaga.

Fran Villalba, el '10' pedido hasta la saciedad y luego utilizado en la banda

Desde el principio Guede le insistió a Manolo en su deseo de fichar un '10'; es decir, un futbolista de último pase, un 'nuevo Sandro'. El director deportivo peinó el mercado hasta que surgió la posibilidad de incorporar a Fran Villalba, por el que pujaban otros equipos. Tras su contratación, el valenciano ha debido esperar su oportunidad y la tuvo el pasado domingo en Huesca. Pero no para jugar de '10', sino para ejercer de extremo en la banda izquierda en un 4-4-2. El futbolista mostró su tendencia a moverse hacia la media punta, aunque estuvo impreciso con la pelota.

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