Dani Barrio, portero del Málaga, ataja un balón ante el máximo goleador del Girona, Sylla. AGENCIA LOF

El Málaga vuelve a dejar la portería a cero siete partidos después

Mérito del cambio del sistema defensivo y de la buena actuación de Dani Barrio

Martes, 24 de noviembre 2020, 21:33

El Málaga recuperó la solidez defensiva que había perdido en encuentros anteriores y que le impidió sumar más puntos de los que tiene actualmente (con la victoria ante el Girona suma un total de 21). Siete jornadas después, el equipo blanquiazul volvió a dejar ... la portería a cero un partido más (en total suma cinco encuentros sin encajar). Mérito del cambio del sistema defensivo y de la buena actuación de Dani Barrio.

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Como adelantó el segundo entrenador del Málaga, Manolo Sánchez, el día antes de jugar contra el Girona, el equipo experimentó modificaciones a nivel defensivo y jugó con dos centrales en vez de con tres, y haciendo que los laterales (fue el turno para Ismael en la derecha y Matos en la izquierda) fijasen más su marca y estuvieran más pendientes de la defensa. Al contrario que en partidos anteriores, donde los laterales eran carrileros, se les exigía jugar más adelantados y sufrían a la hora de evitar los centros desde las bandas.

El resultado no ha podido ser mejor esta vez, aunque tampoco signifique que vaya a ser la nueva fórmula de éxito. Gran parte del mérito de que la portería malaguista se quedase sin destapar fue del guardameta Dani Barrio, que tomó el relevo de Soriano, que había jugado en los dos partidos anteriores. El gijonés estuvo muy concentrado y acertado, e hizo una parada clave segundos después del gol a favor del Málaga. Metió una mano providencial para desviar el golpeo de Sylla, el máximo goleador del Girona.

Esa acción llenó de confianza al equipo y le permitió seguir creciendo en los minutos posteriores, algo que habría sido muy difícil de recuperar en el caso de recibir un golpe de respuesta instatánea. También cabe destacar el trabajo de nombres como Benkhemassa, que se manejó de forma solvente en el centro del campo desde el inicio (fue sustituido porque volvió a ver amarilla por no medir bien en una entrada). Y a Lombán, que salió en el descanso para jugar la segunda parte por la lesión de Escassi y se erigió como líder para aguantar las últimas intenciones del Girona de evitar la victoria malaguista, ofreciendo criterio en la distribución del balón en los segundos finales del choque.

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