El director deportivo, Manolo Gaspar, el director del Área económica, Alberto Martínez, y María del Mar Jiménez, responsable de Administración, durante la comparecencia del administrador judicial la semana pasada en La Rosaleda. SALVADOR SALAS

El Málaga gana credibilidad entre jugadores, agentes y otros clubes

Con una gestión austera y al límite, pero amparada desde un juzgado, el club prevé partir en una mejor situación en el mercado de cara a la planificación de la temporada siguiente

Viernes, 5 de marzo 2021, 00:25

En el Málaga cada vez se sienten más fuera que dentro de la lista negra en la que cayó el club por sus continuos escándalos institucionales y batacazos deportivos de los últimos años. Una marginación del mercado futbolístico que encasilló a la entidad blanquiazul como ... uno de los 'patitos feos' del corral. Y esto se hizo notar en su máxima expresión durante la planificación, el verano pasado, de la vigente temporada. Justo después de salvar 'in extremis' el cuello con la permanencia en Segunda.

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Pocos querían cuentas con un equipo sancionado por LaLiga y sin apenas recursos económicos de los que rascar. Pasó a ser el club con menos presupuesto de todo el fútbol de élite (Primera y Segunda División) y confió su futuro al éxito de un ERE pionero para un grupo de ocho futbolistas que triplicaban en sueldos la partida disponible para 'refundar' un nuevo vestuario. Mientras, una dirección deportiva sin demasiada experiencia en el frente de batalla, pero con mucha energía, convenció a 15 jugadores (y a sus agentes, clubes y familiares) de su proyecto deportivo; austero, pero seguro.

Una tarea de persuasión digna de un cualquier ejemplar que lleve por título 'manual de resistencia'. La tensión fue máxima hasta el final. «El fichaje de Joaquín se tramitó a 23 segundos del cierre del mercado», ejemplifica de forma recurrente el administrados judicial del club, José María Muñoz. Con muchos otros jugadores fue directamente tiempo perdido, porque dijeron que no. Algunos para sorpresa personal de Manolo Gaspar, la figura más relevante en la parcela deportiva junto a Pellicer de los últimos tiempos en la disciplina malaguista.

Puertas cerradas

Ni hablar. Había una gran desconfianza entre los representantes por los casos de jugadores no inscritos, como pasó con Iván Rodríguez, Mula y José Rodríguez. Y algunos de los que aún formaban parte del equipo malaguista, pero que tenían fecha de caducidad, se encargaron de advertir a su red de contactos de los riesgos de fichar por el Málaga. Tampoco los clubes se fiaban de la solvencia malaguista por la incertidumbre que existía sobre su viabilidad y negaron la cesión de sus futbolistas al Málaga. Se cerraron muchas puertas para los gestores de La Rosaleda, quienes entendieron que sólo el tiempo y buenos resultados levantarían la losa de descrédito e incertidumbre en torno a la viabilidad del conjunto blanquiazul.

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No esperan un aumento relevante del presupuesto, pero sí el poder aspirar a perfiles de jugadores que no llegaron el verano pasado por el descrédito

Algunos clubes negaron la cesión de sus futbolistas al conjunto blanquiazul por la incertidumbre que existía con su viabilidad

Y así, más de un semestre después, fuentes de la entidad se muestran satisfechos de «haber hecho los deberes» para mejorar la imagen del equipo de cara al exterior. Una realidad que ya se nota en su día a día, especialmente en el de la dirección deportiva. Pero también en otros departamentos que se relacionan más a menudo con la patronal de clubes y otras instituciones. De hecho, el propio presidente de LaLiga, Javier Tebas, reconoció los avances de la entidad. Lo que despierta optimismo de cara a que el año que viene no estén sancionados con un número reducido de fichas.

«Deberes hechos»

«Ahora tienen mucho más crédito, se lo han ganado», reconoce uno de los agentes de futbolistas del entorno del Málaga. Con una gestión austera y al límite, pero amparada desde un juzgado, el club prevé partir en una mejor situación en el mercado de cara a la planificación de la temporada siguiente, siempre contando en una solvente permanencia en Segunda. Esto último, por descontado. Además, desde el club consideran que ya han atravesado un camino por el desierto que otros competidores empezarán a sufrir el próximo verano, lo que igualará las fuerzas con equipos que hasta ahora eran más potentes a nivel económico.

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Es decir, aunque no se espere un aumento relevante del presupuesto que vaya a significar un salto de calidad en la siguiente plantilla, sí se prevé poder aspirar a perfiles que el verano de 2020 no habrían recalado en el actual proyecto. Tanto que ya se han producido las primeras conversaciones positivas para amarrar jugadores para el año que viene. Todo a pesar de que aún no pueden trabajar con un presupuesto exacto al no contar todavía con la previsión de gasto de LaLiga. El más conocido como límite salarial. Algo que se espera que se concrete para principios de abril.

El caso de Rahmani, una operación de éxito para captar cesiones de perfiles con más nivel

Desde el principio de esta nueva era para el Málaga, en las oficinas de La Rosaleda se repetía una frase que buscaba situar a todo el organigrama en su actual realidad: «Competimos por jugadores con el Mirandés, es lo que hay», se repetía sin más fin que el de ser certeros en los nuevos objetivos. Y entre las fórmulas del equipo de Anduva y otros muchos de perfil bajo y filosofía humilde, las cesiones son algo fundamental. Sin ir más lejos, el actual Mirandés cuenta con 11 de sus jugadores a préstamo por clubes mayores.

Supone renunciar a la generación de patrimonio, pero sirve para recibir un rendimiento a la altura y casi inmediato a un coste reducido. El ejemplo más claro del Málaga es el de Rahmani, cedido por el Almería. El club blanquiazul, con ocho jugadores a préstamo, está obligado a reinventarse para buscar nuevos jugadores y convencerles de ser una plaza propicia para dar un salto de calidad.

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