Ramalho conduce la pelota por la banda derecha en La Rosaleda ante Las Palmas. mariano pozo

El reconocimiento del mayor fracaso en la planificación del Málaga

Ahora se pretende reforzar todas las posiciones de bandas. La debilidad en los laterales y extremos obliga al club a volcarse para afrontar la segunda vuelta con más garantías

Viernes, 28 de octubre 2022, 00:18

'¿Faltan opciones en los laterales del Málaga?', era el titular de SUR el 2 de septiembre. Un mes antes, el 1 de agosto –y ya con el plan final en la plantilla–, este periódico publicó otra información, 'El Málaga, sin desdoble por las alas'. ... Es decir, las carencias más que evidentes del equipo blanquiazul quedan sustentadas por sendos análisis que ya advertían del riesgo que iba a asumirse (el aludido del primer día de agosto) y del que ya se había asumido (ese otro ofrecido nada más concluir el mercado invernal). Ahora se produce el reconocimiento de un fracaso porque la intención de la entidad de Martiricos pasa por reforzar todas las posiciones de banda (laterales y extremos) para comienzos de año. El ghanés Lumor ha sido sólo el primero.

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Ha tenido que llegar Pepe Mel al banquillo malaguista para enmendar la plana al responsable de la planificación, Manolo Gaspar, que, eso sí, actuó en verano bajo la dirección deportiva de pablo Guede. Claro que si la manifiesta escasez de extremos obedece a que el primer entrenador de la temporada insistió hasta la saciedad en que no los necesitaba para su sistema tampoco se entienden determinadas apuestas en los laterales para una función eminentemente ofensiva.

Planificación sin lógica

El sinsentido de la planificación encontró su punto álgido nada más empezar la Liga. Durante todo el verano se insistió en el mensaje de que el Málaga emplearía un sistema con la base de tres centrales y, contra todo pronóstico, desde la segunda jornada Guede pasó a decantarse por la línea de cuatro en la defensa. Y con una medular en rombo o con futbolistas interiores en las bandas, pero ya sin 'carrileros'. En esa segunda jornada, en la hecatombre en casa contra Las Palmas, ya quedó patente que ni Bustinza primero ni Ramalho después podían sumar en ataque (Juanfran se quedó en el banquillo por su baja forma).

El runrún sobre las apuestas tácticas de Guede comenzó demasiado pronto –si es que habían desaparecido tras el pésimo cierre de la pasada Liga–, pero es evidente que, con un mínimo conocimiento del mercado, aquella afirmación de SUR el 1 de agosto (esto es, un mes antes de que se cerrara el mercado) ya dejaba en entredicho a la dirección deportiva. En un solo partido, el referido frente a Las Palmas, quedaron al desnudo todas las debilidades. Porque no es sólo que Bustinza y Ramalho confirmaron que sus virtudes no son precisamente ofensivas (como 'carrileros' o como laterales), sino que Víctor Olmo, que había dejado pinceladas en su debut (nada más) y luego había defraudado en sus últimas actuaciones ligueras, cometió errores gravísimos frente al cuadro grancanario. Y tampoco debe quedar en el tintero que en el tramo decisivo de la campaña anterior el futbolista del filial ocupaba la titularidad debido a que Javi Jiménez ya había ofrecido no pocas carencias.

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Bustinza y Ramalho. fichados como recambios de Juanfran, han mostrado lo que ya se sabía: no tienen virtudes ofensivas

Si en los laterales se confirmaron demasiado pronto los peores presagios, en el capítulo de extremos los males eran evidentes. Sólo al final se consiguió el fichaje de Hervías –que había arrastrado un cúmulo de lesiones la pasada temporada–, porque otros intentos resultaron infructuosos. A toda prisa, contra el reloj y ya con menos margen económico, el Málaga trató de variar ligeramente la fisonomía de un equipo construido exclusivamente por Guede, con la anuencia de Manolo Gaspar, para atacar por dentro con un abuso inexplicable del juego interior. Que el Burgos, con muy poco, y Las Palmas desnudaran los males del equipo llevó a un sobreesfuerzo en la fase final del mercado sin la recompensa esperada.

Los movimientos para reforzar las bandas comenzaron muy pronto, probablemente cuando Manolo asumió que había sido un grave error ponerse en manos de Guede. Ni siquiera fue necesaria la llegada de Pepe Mel, al que siempre le ha gustado ensanchar el campo, para entender que la planificación había sido un gran error. En cualquier caso, el técnico madrileño se queja, semana sí semana también, de la falta de efectivos en las bandas.

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Déficit en la izquierda

La grave lesión de Víctor Olmo lo aceleró todo, aunque la opción de fichar un lateral izquierdo (o un 'carrilero' izquierdo) siempre estuvo sobre la mesa. Las limitaciones del canterano y de Javi Jiménez así lo aconsejaban, de modo que Lumor fue una opción válida desde el principio. Es un futbolista anárquico (muy propio de los africanos a la hora de defender, como aquí se comprobó con Boka), pero el equipo echa demasiado en falta más llegada con peligro desde atrás en ese costado.

Lumor va a ser sólo el primero en llegar para reforzar las bandas. De un lado, Mel ve notables carencias graves en el lateral derecho (porque Bustinza y Ramalho no aportan en ataque), y por otro, la falta de extremos constituye un déficit gravísimo en una categoría en la que los equipos destacan por blindarse por dentro. Encima, el único extremo 'puro' de la plantilla profesional, Hervías, sufre problemas físicos cada vez que va a arrancar. Los canteranos Haitam, Issa Fomba y Cristian son de momento recursos y Álex Gallar, pese a ser un asistente de cierto nivel en Segunda, ofrece demasiadas intermitencias. Por eso, toca reforzar todas las posiciones de banda. Una necesidad que ya se apuntaba desde el verano y el reconocimiento de un estrepitoso fracaso.

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