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Pocos jugadores han sido tan objeto de deseo para el Málaga en los últimos años como Lago Junior. El extremo marfileño –al que también se le ha visto jugar como 'carrilero' por la izquierda, como medio punta o incluso arriba– deslumbró en La Rosaleda hace ... seis años y un mes con el Mirandés en la Copa del Rey y desde entonces siempre ocupó lugar destacado en la agenda del club. Ahora, con su llegada como refuerzo para un equipo en una situación límite, se confía en él como el esperado salto de calidad.
Con Lago Junior existen motivos para el optimismo (por su trayectoria) y también para las dudas (por sus números recientes), pero es incuestionable que en Segunda División siempre ha sido muy fiable. Los que se inclinen por aspectos negativos sobre la contratación del marfileño tienen fácil recurrir a las estadísticas de la última temporada y media: once partidos en la élite con el Mallorca (en esta campaña, sólo cinco y menos de 50 minutos) y trece tras la cesión al Huesca el año pasado por estas fechas. Pero en el balance parece pesar más la fiabilidad del extremo en la categoría de ‘plata’.
Salvo en la referida etapa a préstamo en el cuadro oscense, Lago Junior siempre ha sido un futbolista desequilibrante en Segunda. El año pasado nunca llegó a tener la confianza de Xisco Muñoz, que contaba con un equipo más rodado en cuanto a estilo y al que sólo acopló tras el mercado invernal a Gerard Valentín en la banda derecha. Entonces el extremo marfileño fue empleado casi siempre como revulsivo: participó en 13 de los 15 partidos disponible, pero sólo en uno fue titular.
Evidentemente no es el caso del Málaga. La deficiente planificación veraniega llevó a rastrear el mercado de extremos ya entrado el mes de agosto y, por supuesto, se ha repetido ahora en invierno. Ya en la época estival hubo buena sintonía con el futbolista, pero este prefería esperar unos meses con el deseo de hacerse un hueco en Primera con el Mallorca. Hasta que comprobó que sus opciones con Javier Aguirre eran mínimas. Nada que ver con su anterior experiencia en la élite con el cuadro balear, en la temporada 19-20 (tras el primero de los dos ascensos), cuando disputó 35 encuentros y firmó cuatro goles.
En Segunda el cartel de Lago Junior siempre ha sido excelente, así que las únicas dudas se centran en que su rendimiento pueda bajar por la edad (cumplió 32 años el último día de 2022) y en el riesgo de algún problema físico por la falta de continuidad en los últimos tiempos. Sobre esta última cuestión cabe recalcar que ha ido convocado en todos los encuentros –menos el pasado fin de semana porque su salida ya era inminente–, pero que hace un año tuvo un problema muscular en el Huesca que le hizo perderse cuatro partidos en el tramo final del campeonato.
En la memoria del fiel aficionado blanquiazul está el destrozo que Lago Junior le hizo al Málaga en la Copa del Rey en diciembre de 2015, en la segunda temporada de Javi Gracia en el banquillo. En la ida, en Anduva, salió en la segunda parte y desniveló el encuentro (2-1) y en la vuelta hizo gala de nuevo de su verticalidad, su cambio de ritmo y su capacidad en el remate. Dos goles en dos encuentros. A mitad de temporada el Mallorca acordó su fichaje del Mirandés después de una primera vuelta con siete dianas. En el cuadro balear firmó otras tres en la segunda vuelta. El marfileño disputó las 42 jornadas de Liga.
En el Mallorca ha vivido todo tipo de vaivenes. En su primera temporada completa tuvo el sinsabor del descenso a Segunda B, pero él marcó seis goles en 40 partidos. Los cantos de sirena no lo llevaron a moverse de tierras baleares pese a esa caída a la tercera categoría. Lago Junior fue uno de los grandes artífices no ya sólo en el regreso al fútbol profesional, sino en los dos ascensos consecutivos. Al primero contribuyó con ocho goles en 32 partidos; al segundo, con 11 tantos en 44 actuaciones. Pero no fue exclusivamente una cuestión de números, porque en ambos casos el marfileño fue uno de los futbolistas más destacados de la categoría por su indudable desequilibrio. El equipo se apoyaba constantemente en él, lo buscaba casi siempre como principal argumento ofensivo.
En Primera no desentonó en la temporada del descenso y después, de nuevo en Segunda, volvió a ser pieza fundamental en el regreso a la élite. En el último año y medio Lago Junior ha vivido la otra cara del fútbol, con actuaciones testimoniales pese a encontrarse bien físicamente. Ahora le toca cumplir en el Málaga el papel para el que se le ha reclutado: como protagonista indiscutible para aportar ese necesario salto de calidad con vistas a salir del atolladero y conseguir la permanencia.
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