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A falta de que rompa en el fútbol profesional, Arvin Appiah fue uno de los nombres subrayados por los ojeadores que acudieron al Europeo sub-17 de 2018, en el que Inglaterra ejerció de anfitriona. El nuevo futbolista del Málaga, de ascendencia ghanesa y nacido ... en Ámsterdam, compitió con la selección local y llegó hasta semifinales, cuando fue eliminado precisamente por Países Bajos en la tanda de penaltis por 5-6 (el extremo marcó uno de los cinco).
Appiah no fue el más destacado de su selección, porque ese papel les correspondió al medio centro Garner (entonces en el Manchester United y ahora en el Everton) y a un futbolista que ha brillado en el Mundial de Catar y que es pieza clave en el líder de la Premier League, el Arsenal de Mikel Arteta, como extremo derecho. Paradójicamente, en esta cita Saka destacó más como lateral izquierdo, con una profundidad por la banda apabullante.
El entrenador de aquella selección, Steve Cooper, apostó en firme por Appiah, del Nottingham Forest, club en el que el técnico recalaría posteriormente (en 2021) y del que lo fichó el Almería en 2019 por casi nueve millones de euros, el precio más caro pagado por un futbolista en la historia de Segunda División. Eso sí, inicialmente fue inscrito en el filial, que competía en Tercera División. El ahora futbolista blanquiazul se alternaba como extremo izquierdo en la Inglaterra sub-17 con Amaechi (ahora en el Bolton Wanderers), pero llamó la atención por su condición de zurdo, por su cambio de ritmo y también por su tendencia para moverse por dentro y dejar el pasillo libre a Saka.
Appiah fue gran protagonista en el duelo estelar de la primera fase, frente a Italia (marcó el primero de los dos goles de Inglaterra en el triunfo por 2-1), pero en cuartos de final (frente a Noruega, con victoria por 0-2) fue alineado como uno de los puntas en un 3-5-2, y en semifinales (en la referida derrota contra Holanda en los penaltis) fue utilizado más por dentro en un 4-3-3. Pero en todas sus actuaciones destacó por su potencia y su capacidad en el uno contra uno, esa que de momento ha ofrecido a cuentagotas en Segunda, tanto en el Almería como en sus cesiones al Lugo y al Tenerife.
En aquel certamen sub-18, España, dirigida por Santi Denia, quedó eliminada en cuartos ante Bélgica (2-1). En el equipo nacional estaba un malagueño, el extremo Nils Mortimer, entonces en los juveniles del Barcelona y ahora en el Viborg danés. Junto a él, Eric García, Miguel Gutiérrez o Mollejo. Y en el rival, el pivote Onana (del Everton, presente en el Mundial de Catar) o el que fue otra de las apuestas del Almería con la llegada de sus propietarios árabes, Ramazani, que, al contrario que Appiah, sí ha progresado e incluso es candidato a ser traspasado en breve.
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