La falta de puntería desquicia al Málaga, que utilizó hasta siete atacantes diferentes en Fuenlabrada

Hasta el momento del decisivo tanto del Fuenlabrada, el Málaga había tenido las mejores ocasiones del encuentro. Contadas, pero claras. La primera llegó con un palo de Kevin, que está rápido para rematar al primer toque. Menos práctico estuvo en la segunda parte para golpear un balón llovido con el empeine en vez de con el interior, como le aconsejó luego Jozabed. La más importante fue avanzada la primera mitad, cuando lograron una fantástica triangulación para superar la adelantada línea del rival sin fuera de juego.

Pase en profundidad que alcanza Jairo, que llega a línea de fondo con la opción de servir un gol inevitable. Pero ni Brandon ni Kevin supieron leer la acción mejor que Pol Valentín, quien se entrometió con contundencia. Los malaguistas no se lo podían creer. Pero el colmo de la incredulidad llegó cuando más tarde el Málaga gozó de un contragolpe para matar a un Fuenlabrada sin mucho a lo que agarrarse. En cambio, Brandon falló un control que le habría puesto frente al portero. En mitad del lamento llegó el gol en contra.

Al final, en mitad de la frustración y la urgencia de salvar los muebles, el equipo se limitó a poner centros al área rival donde sólo Sekou y Cufré lograron conectar un remate contra la portería rival. Aunque ninguno con claro peligro ni convicción. Un último recurso que tampoco sirvió y que agudiza el complejo malaguista con sus pocos recursos goleadores. La preocupante falta de calidad para definir desquició a los blanquiazules.

Apenas sirve ya de consuelo la ligera mejoría a la hora de generar jugadas de ataque porque la falta de puntería es una debilidad que se ha cronificado y tiene su efecto directamente en la clasificación. En cuanto al registro goleador, el Málaga es el peor ataque de la Liga con sólo 27 tantos. Le superan únicamente el Fuenlabrada y el Alcorcón, los dos últimos de la tabla.

En las horas previas al encuentro en Fuenlabrada, el técnico del Málaga recalcó que no pretende que la exigencia de mejorar en la definición se convierta en una obsesión, pero después de perder un nuevo partido fundamentalmente por esa carencia es difícil obviar que se trata del principal lastre del equipo. Entre los siete atacantes que utilizó a la desesperada para conseguir un tanto que salve los muebles sólo se suman 9 goles esta temporada.

Los 7 de Brandon, el máximo anotador del equipo pero también el delantero que más juega; más los dos goles de Sekou (los marcó a finales de noviembre y al principio de diciembre en su 'mejor' pico de forma). Este último fue precisamente el que menos opción tuvo en Fuenlabrada y que volvió a jugar después de cuatro partidos sin hacerlo, en el banquillo, por falta de forma (según apuntó el preparador y quedó patente contra el Almería) y por su pobre rendimiento.