La Rosaleda, un factor capital para el Málaga

El incansable empuje de la grada es un componente capital para la actual plantilla de jugadores, claramente favorecida por los ánimos que recibe en cada minuto y con cada acción del encuentro. El efecto que esto genera en los futbolistas blanquiazules se palpa de una manera muy evidente. Ante el Tenerife, el equipo se enfrentó a un gran ejercicio de oficio para rentabilizar la renta conseguida antes del primer cuarto de hora, y consiguió sacar adelante el partido con una madurez que sólo se ha visto esta temporada de una manera nítida en el Málaga en el estadio de Martiricos.

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A pesar de que el encuentro contra los 'chicharreros' se celebró en lunes, lo que dificulta la conciliación de muchos aficionados, la mayoría no falló y el graderío blanquiazul volvió a acoger un aforo cercano a la media de esta temporada. Fueron 15.700, según el recuento ofrecido por el club. Una suma de voces que se sienten cada vez más implicadas con su papel en los triunfos del equipo y se esmeran por acompañar en cada momento del partido con el tono ambiental necesario.

Para bien o para mal, como comenta frecuentemente su entrenador, José Alberto López, el Málaga actual es un vestuario joven y mayoritariamente inexperto, por lo que un gran número de sus jugadores se ven condicionados por el ruido externo. Y ese ruido suena a favor en La Rosaleda y se convierte en todo un empujón para sus pupilos malaguistas. La comunión entre plantilla y afición viene siendo total en todos los encuentros de esta campaña, y eso es motivo de celebración. Los jugadores reconocen abiertamente sus ganas por volver a jugar en La Rosaleda cada fin de semana y esta vez, tras una mala imagen en la derrota contra el Cartagena de la pasada jornada, un nuevo triunfo resultó más dulce, si cabe.

Fue un sentimiento de satisfacción más intenso aún para jugadores como Brandon, quien volvía a ser importante en el equipo después de varias jornadas sin demasiado protagonismo. También lo fue para Calero, que volvió a jugar un partido completo después de casi un año tras la lesión de gravedad que sufrió en diciembre del año pasado. Ocupó a un buen nivel la baja de Víctor Gómez, que se encuentra concentrado con la selección española sub-21. No hay mejor sitio para volver que en La Rosaleda, donde la fiesta está asegurada esta temporada.