José Alberto López ya no es entrenador del Málaga. Cerca de ocho meses después de que fuera presentado como técnico del equipo blanquiazul y después de veintiséis partidos al frente de la plantilla (con nueve triunfos, siete empates y diez derrotas), el preparador asturiano ... se marcha sin cumplir con sus objetivos ni con los del club de Martiricos. Las buenas perspectivas del arranque del proyecto se fueron diluyendo a medida que avanzaba la competición sin que llegara la regularidad deseada.
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Muchos aficionados observaban cierta deficiencias en el técnico relativamente pronto, al observar que los altibajos eran demasiado alarmantes (sobre todo en los partidos celebrados a domicilio). Los planes seguramente no pasaban por cambiar de entrenador, pero el mes de diciembre fue terrorífico, coincidiendo también con el momento en el que la plantilla tenía más ausencias. Y el club planeaba reforzarse más de lo previsto con el objetivo de buscar la zona alta de la clasificación.
Con ciertas dudas, la entidad mantenía toda la confianza en el entrenador como líder de un equipo que debía dar un salto de calidad. Pero ni siquiera convenció cuando ganó en Alcorcón (primera victoria fuera de casa en la Liga). Mostró mejor imagen en el empate contra el Sporting en La Rosaleda, pero lo peor estaba por llegar. El 0-5 contra el Ibiza ante su público fue el detonante final. Las críticas arreciaron desde todos los frentes y la situación era ya casi insostenible para el director deportivo, Manolo Gaspar, que siempre tuvo en mente, como es lógico, que el proyecto llegara hasta el final (el técnico tenía una campaña más de contrato).
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Este escandaloso resultado, sin duda, aportó todavía más incertidumbre internamente en el club y en la plantilla, lo que acabó con la destitución del entrenador. «La entidad ha determinado poner fin a la relación contractual que le unía con el entrenador José Alberto López. En la tarde de este lunes, ambas partes se han reunido en las oficinas de La Rosaleda para hacer efectiva la decisión de forma inmediata», decía el comunicado del club anoche.
El Málaga todavía no cuenta con repuesto para el entrenador saliente, por lo que será Juan Francisco Funes Arjona, técnico del filial, el que se haga cargo del equipo hasta que la dirección deportiva cierre la contratación del sustituto de José Alberto. «El club se ha visto obligado a tomar esta medida en busca de un cambio en la dinámica del equipo con el objetivo de una mejora en los resultados deportivos. A partir de mañana (por hoy), Funes, que actualmente dirige al Atlético Malagueño, entrenará al primer equipo de modo temporal hasta la incorporación de un nuevo técnico», destacó la entidad.
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En pleno mercado de fichajes se acumula el trabajo en la dirección deportiva. A la misión de apurar sus opciones para acometer la contratación de varios jugadores para reforzar la plantilla en sus puntos más flacos, principalmente en el remate y la contención, se suma ahora la complicada labor de acertar con un sustituto para el banquillo. Esta elección será crucial para el equipo y la entidad.
Es evidente que decidir la marcha de José Alberto no ha sido una cuestión sencilla para Manolo Gaspar, puesto que fue su apuesta al principio de curso en sustitución de Pellicer, que no siguió en el equipo (ahora entrena al Fuenlabrada). Con José Alberto, el club argumentó que su llegada iba a servir para ver un fútbol atractivo, ofensivo y valiente, y para explotar la idea de contar con una plantilla joven (es el tercer equipo más joven de Segunda tras Mirandés y el Almería, sin contar al filial de la Real Sociedad).
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El proyecto, de esta manera, pasará a otras manos y se mantendrán los objetivos de clasificarse en la zona alta al final de temporada, algo que comienza a complicarse. José Alberto se marcha con sus dos hombres de confianza, que llegaron con él y también dejan el club ahora. Son dos de los componentes del cuerpo técnico: Pablo Álvarez y Pedro García.
Una parte fundamental de un despido se centra en el acuerdo que se cierre para la rescisión del contrato firmado con anterioridad. En este caso José Alberto López firmó por dos temporadas, por los que su compromiso con la entidad de Martiricos estaba previsto que llegara hasta junio de 2023. De ahí que ahora sea necesario pactar una indemnización tanto para él como para los dos ayudantes que lo acompañaron desde el comienzo.
Las fuentes del club consultadas aseguraron que este asunto del cierre final de la rescisión del contrato se firmará en las próximas horas o días. De hecho, el técnico seguramente estará hoy en La Rosaleda para despedirse de los jugadores, a los que ha dirigido desde la pretemporada que arrancó en julio pasado.
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