El Málaga tira de galones ante un digno Antequera

Volvió el Málaga a Martiricos y lo hizo en una tarde-noche de lo más especial, en un Trofeo Costa del Sol que hacía seis años ya que no se jugaba. Entonces pisaron la hierba dos equipos de élite. Junto al cuadro local, el Lazio, pero este sábado lo hacían dos conjuntos de Primera Federación. Pero el aliciente estaba también en la presencia del Antequera, hoy referente del fútbol provincial tanto como los blanquiazules. Todo un orgullo, el que sentirían sin duda sus dos directores deportivos, Alberto Aguilar y Álvaro Silva, dos malaguistas de cuna en el palco de La Rosaleda por primera vez.

Eso sí, por momentos al equipo de la ciudad de El Torcal pareció pesarle la situación. Apenas existió en la primera media hora, a merced del Málaga, que con todo careció de maldad en la zona de tres cuartos. Sangalli y Dani Lorenzo aportan creatividad, pero el marbellí se mostró en más de un lance demasiado individualista, como le reprochó Pellicer, que dispuso de un once muy similar al de salida en el triunfo ante el Almería, con Roberto volcado a la derecha (a veces permutó con Dioni) y Kevin en lugar de los recién salidos Álex Calvo y Cristian. Con sus mejores galas (aún con Murillo, más un central y de perfil diestro en la posición del lateral izquierdo, la más débil), el dominio fue evidente, pero con apenas dos remates de Dioni, uno desviado y otro en el que le molestó a tiempo Humanes.

Pero el Antequera se vino arriba. Tuvo el 0-1 en sus botas Loren Burón, después de cuerpear Luismi Redondo con Galilea en lo que pareció una falta previa. Salvó Alfonso Herrero en la salida, y dejó muestras una vez más de que donde mejor se ha reforzado el Málaga es en los dos puestos más determinantes, la portería y el ataque, con un Dioni que entiende muy bien el juego y suele tomar casi siempre buenas decisiones.

Fue antes y después del tiempo de hidratación cuando el Antequera, dirigido en la sala de máquinas por dos medios centro argentinos (Nacho Pais y el hermano de Lanzini, Tomi) se le subió a las barbas al vecino. Controló ya el juego, que en ataque parte de las posiciones muy cerca de la línea de cal de sus extremos, y empezó a asomarse más al área. Fue justo cuando llegaron algunos silbidos de la grada, que hasta entonces había hecho tabla rasa con los ominosos sucesos de los meses anteriores.

Pero el Málaga se fue al descanso con otro arreón (un remate en semifallo de Roberto casi pone en ventaja a los locales) y reapareció tras el intermedio con nuevos bríos. Lo intentó primero Kevin, en un tiro lejano, y fue él quien abrió el marcador en un error imperdonable del cuarteto defensivo visitante. Un golpeo en largo de Alfonso Herrero permitió al canterano filtrarse entre los centrales, mal perfilados, y definir de voleón. Kevin no había marcado en La Rosaleda, y tampoco Loren, que muy poco después de entrar en el campo resolvió en un balón rechazado tras una falta lateral botada por su equipo.

El Antequera, que lució franjas naranjas y negras de su nueva segunda equipación, a modo de tigre, hizo diez cambios de una tacada cumplida la hora de choque (sólo siguió en el campo Nacho Pais). Introdujo factor africano (cuatro jugadores de ese continente) y encontró premio con uno de ellos, un Destiny, llegado de El Palo, que marcó de cabeza el primer tanto que encaja el Málaga este verano. Pero las huestes de Pellicer siguen invictas de momento ante rivales de diverso pelaje. Participaron todos los jugadores, debutó Juan Hernández y sólo jugó todo el choque Gabilondo, al lesionarse Bilal antes del mismo.