El Málaga cumple y se mete hasta en la lucha por el liderato con un triunfo dedicado a Dioni (1-0)

Era fundamental conseguir el triunfo después de cómo había transcurrido el encuentro, y lo consiguió nuevamente el equipo de Martiricos con un gran sacrificio, pues el cuadro alicantino buscó el empate hasta el final (el encuentro se alargó 12 minutos). Los tres puntos confirman la buena racha del conjunto de Sergio Pellicer, que mantiene un nivel más alto de una forma constante y prolongada, y también aportan una novedad muy destacada tras los marcadores de los otros encuentros: la zona de arriba de la tabla clasificatoria se comprime más que nunca y el Málaga, cuarto, se coloca a cinco puntos del líder, con dos rivales por medio.

El Málaga pudo resolver en el primer tiempo, pero desaprovechó varias oportunidades claras para adelantarse ante un rival que apenas inquietó. Luego llegó el gran susto con Dioni, que marcó el encuentro. Los blanquiazules se rearmaron para dedicar el triunfo al delantero y se adelantaron por medio del recién entrado Roberto, que volvió a darle el triunfo a su equipo en un partido en el que se mezclaba lo deportivo con lo emocional, algo que finalmente no pudo aprovechar el Intercity.

Pellicer hizo algunos cambios imprevistos, como fue dejar en el banquillo a Gabilondo y Ferreiro, habituales en los últimos compromisos. El técnico puso en marcha una especie de rotaciones y le ofreció minutos a jugadores como Puga, llegado en el mercado invernal, o al propio Larrubia, que se quedaba sin sitio tras el regreso de Manu Molina después de su lesión. Convocó a Roberto una vez recuperado de sus problemas físicos, pero prefirió esperar para la reaparición, sin incluirlo en el once titular. Y todo ello con el mismo sistema de los últimos encuentros, una variante del clásico 4-4-2, una fórmula que ya sí funciona según lo previsto con Genaro como 'pivote'.

La respuesta del equipo era la prevista: cerrando cualquier opción visitante atrás y buscando la meta contraria desde el primer instante. El cuadro alicantino, con el goleador Nsue como mayor peligro, intentaba inquietar en el área de Herrero, pero el peligro estaba en el campo contrario. Genaro fue el primero en intentarlo, pero el balón se le marchó alto, aunque después se iban a suceder las oportunidades para los blanquiazules, que pusieron cerco de una forma intensa sobre la meta de Gaizka.

Dioni, en varias ocasiones, y Larrubia y Dani Lorenzo pudieron adelantar a su equipo, pero el acierto de otros día no existía. El propio Genaro dispuso de dos más, pero sin el éxito buscado. El Málaga estaba perdonando en exceso ante un rival con jugadores de calidad y que, pese a no disponer de oportunidades en todo el primer tiempo, mientras que los blanquiazules seguían a lo suyo, indagando en las costuras de la defensa contraria e intentando abrir el marcador lo antes posible.

La reanudación estuvo marcada desde sus primeros minutos por la alarmante caída y la pérdida de conocimiento de Dioni en el área rival. El malagueño se quedó inconsciente sobre el césped ante los gestos de nerviosismo y sobresalto de todos los jugadores que estaban alrededor, de ambos equipos (algunos se llevaban las manos a la cabeza), un miedo que se trasladaba a las gradas. Los servicios médicos actuaron con rapidez y el futbolista, ya con conciencia, fue trasladado al hospital en una ambulancia que accedió a punto en el que se encontraba en el terreno de juego.

Y el juego siguió con más intensidad que hasta entonces. Los visitantes lanzaron dos veces a puerta desde lejos, mientras que el Málaga insistía una y otra vez, de todos los modos posibles. Hasta que al final encontró el premio en una acción de Dani Lorenzo que culminó Roberto, lo que supuso una explosión de júbilo de La Rosaleda. Era un gol más que merecido para un equipo que seguía todavía conmocionado por lo sucedido con Dioni. La importancia de los puntos se había convertido todavía más crucial por el nuevo escenario de la zona alta de la clasificación.

Al Málaga le quedaba culminar la faena. Y arrancó el sufrimiento de los blanquiazules, que estaban teniendo dificultades para mantener el nivel tras los numerosos cambios introducidos. El Intercity, de hecho, pidió que el balón había entrado en un remate de Nsue. Los hombres de Pellicer se defendían como podían intentando llegar 'vivos' en la larga prolongación. Al final, todos contentos.