El Málaga y Guede cogen aire. La calidad fue suficiente para obtener el primer triunfo de la temporada frente a un Mirandés muy entusiasta y poco eficaz. Cuando un equipo tiene la pegada de Rubén Castro y Fran Sol o la calidad de Álex Gallar ... basta con que se asocien en momentos puntuales para desnivelar la balanza. Porque el triunfo blanquiazul fue más balsámico que convincente. La falta de cohesión fue demasiado evidente en el arranque y, sobre todo, tras el 0-2. Pero los tres goles llegaron en momentos cruciales: antes del descanso, al comienzo de la segunda parte y, para evitar dudas, justo tras el penalti regalado por Genaro.
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Tanto Bustinza como Guede coincidieron al emplear el verbo 'simplificar' como principal solución a los problemas tácticos del equipo. Y el técnico dio un paso al frente pero en un 'ni para ti para mí', porque se mantuvo en sus trece de no utilizar extremos –tampoco la plantilla está precisamente sobrado de ellos– y en cambio fue en contra de su filosofía futbolística al apostar por una pareja de medios centro. Y no por un medio de contención acompañado de un futbolista de otro perfil (más creativo o de más llegada), sino por Escassi y Genaro juntos. Obviamente algo no funciona cuando no se descarta arrancar la temporada con un dúo Ramón-Jozabed al timón y a la tercera jornada se recurre a Escassi y Genaro.
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Obviamente, esa intención del Málaga de 'simplificar' suponía renunciar a la idea de tener la pelota y de acumular futbolistas en campo contrario con el fin de mostrarse compacto y con las líneas juntas. A la hora de la verdad ese objetivo tampoco se cumplió en la primera parte porque el equipo tuvo que correr en exceso hacia atrás, con los defensas demasiado expuestos al uno contra uno (así se rompió Ramalho superado el cuarto de hora) y Juanfran y Javi Jiménez (en los costados de la línea de cuatro de la zaga) sufriendo cada vez que los laterales locales merodeaban el área sin la necesaria vigilancia de los teóricos extremos, Gallar y Febas (sí, Febas).
El Málaga no tuvo la solidez adecuada, pero, más allá de la modestia del rival, interpretó mejor el juego conforme avanzaba el duelo. Además, la notoria diferencia de calidad se dejó notar desde el pitido inicial. A los siete segundos, en la primera acción, Febas perdonó en un mano a mano con el meta después de tres toques para aprovechar un sorprendente pasillo interior. La querencia blanquiazul a jugar por dentro redundó en continuos intentos desde la frontal que fueron neutralizados por el guardameta local.
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El Málaga comenzó a ganar en confianza, a sentirse más a gusto con el balón y en la presión, y en el tiempo suplementario un robo de Javi Jiménez muy arriba permitió abrir el marcador en una acción que culminó el propio lateral izquierdo tras la participación de Rubén Castro, Luis Muñoz y Fran Sol.
En condiciones normales el Málaga tiene pegada y, sobre todo, colmillo para noquear a un rival tambaleante. En Anduva asumió en el descanso que el Mirandés dudaba en demasía si ir o volver y se lanzó a degüello con convicción en la reanudación para incrementar su ventaja. A los tres minutos Juanfran estrelló el balón en el palo después de no encontrar resistencia en su galopada por la banda. Como además el equipo cuenta con futbolistas para asociarse y para tocar a uno o dos toques, comenzó la tarea de desgaste con triangulaciones para que la reacción local no se produjera.
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El 0-2 llegó pronto, en el minuto 51, en una falta lateral de Gallar con remate de Rubén Castro calcada a aquellas que botaba Duda y remataba cualquiera de sus compañeros. Pero el partido no quedó finiquitado porque el Málaga dio vidilla al Mirandés al volver a las andadas del tramo inicial, inconsistente en la medular y con dudas en la defensa. Genaro, fuera de sitio muchas veces, regaló un penalti con poco más de un cuarto de hora por delante. No obstante, el equipo blanquiazul dejó las cosas en su sitio con una combinación entre Fran Sol y Gallar. En la recta final Guede reforzó los flancos de la medular con Hervías y Víctor Olmo por las vías de agua que no se tapaban. Al final la calidad le bastó al Málaga porque atrás fue muy vulnerable. Se ganó, pero no se puede conceder tanto.
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