Burgos y Chavarría celebraron el gol del segundo con una camiseta de la selección argentina y en cierto modo el Málaga brilló en algunos aspectos como equipo a imagen y semejanza de la flamante campeona del mundo. Presión, intensidad, juego sin balón, tenacidad... Esa fue ... la base de un triunfo imprescindible, frente a un Alavés exigente, que permite mantenerse a flote, quedarse a sólo dos puntos de la permanencia y que, sobre todo, invita al optimismo tras un 2022 nefasto.
Que Mel repitiera alineación fue la mejor prueba de que, más allá de que tampoco tiene mucho más para elegir –por futbolistas recién salidos de lesión u otros en baja forma (Juanfran ni siquiera fue convocado)–, había salido satisfecho del trabajo en Ibiza. También, probablemente, un deseo de contar con una base para construir algo aunque se tratara del decimoquinto partido a sus órdenes. Y en cierto modo hubo fases en las que se apreciaban ciertos mecanismos en el juego, como en una acción superado el cuarto de hora en la que Sivera evitó con el pie el gol de Rubén Castro en una salida fulminante en la que participaron previamente Javi Jiménez, Febas, el grancanario y Chavarría.
El Málaga tenía enfrente un hueso duro de roer, un Alavés que si no hace concesiones defensivas explota sus llegadas a la zona de remate con no menos de cuatro futbolistas. En particular, los aprietos llegaron cuando sus laterales irrumpieron en la zona de los extremos. En el lateral derecho Genaro, al principio, y Chavarría se afanaron en tapar a Javi López, pero en el izquierdo se sufrió más. No fue culpa exclusiva de Javi Jiménez (aunque conceda centros con demasiada frecuencia), sino de las facilidades que encontró Tenaglia. Como sucedió en Ibiza con Miki Villar, que originó el gol del empate isleño, el equipo blanquiazul pagó las dificultades de Fran Villalba –que pronto pasó a jugar por dentro, con libertad de movimientos– y de Febas para volver hacia atrás.
Es cierto que Tenaglia originó mucho peligro con sus arrancadas desde el lateral derecho –en particular, un centro raso que desvió como pudo Rubén Yáñez y un 'pase de la muerte' que no aprovechó Toni Moya–, pero el Málaga estuvo más sólido merced al intenso trabajo de Genaro en la medular. Además, el cuadro blanquiazul también sufrió menos porque sus posesiones fueron más prolongadas, fruto de una mejor sincronización de las piezas ofensivas. Es cierto que las oportunidades no abundaron, pero al fin se vio a Fran Villalba más participativo, a Febas con más soltura al superar líneas o a Jozabed incluso con llegada (en el minuto 37 se asomó al balcón del área un disparo junto al palo derecho). Y además a Rubén Castro se le vio más conectado a sus compañeros mientras Chavarría aporta una energía de la que se carecía hace un par de semanas.
 | |  |
| Málaga | 1 - 0 | Alavés |
| 48.3% | Posesión del balón | 51.7% |
| 4 | Tiros a puerta | 2 |
| 2 | Tiros fuera | 5 |
| 0 | Tiros al palo | 0 |
| 18 | Faltas cometidas | 19 |
| 2 | Tarjetas amarillas | 3 |
| 0 | Tarjetas rojas | 0 |
| 72 | Balones recuperados | 70 |
| 151 | Balones perdidos | 153 |
| 3 | Fueras de juego | 3 |
| 1 | Saques de esquina | 3 |
| 2 | Paradas | 3 |
Goles
Málaga CF 1, Deportivo Alavés 0. Pablo Chavarria (Málaga CF) remate de cabeza desde muy cerca.
Las perspectivas parecían halagüeñas para la segunda parte, aunque siempre con el condicionante de que el cuadro vitoriano cuenta con un bloque bien armado en todas las facetas del juego. De hecho, el Alavés avisó pronto en una individualidad del extremo Abde que desbarató Rubén Yáñez achicando el espacio junto al palo derecho. Pero la respuesta blanquiazul no se hizo esperar gracias a un futbolista que ha tardado demasiados meses en aparecer, Fran Villalba. Su incursión por la izquierda con convicción al conducir la pelota encontró la aparición en boca de gol de Chavarría para certificar que es un futbolista imprescindible si no median lesiones.
El técnico visitante reestructuró el equipo con efectivos de ataque de gran nivel para la categoría, pero el Málaga mostraba una ilimitada confianza y apretaba en la presión como la flamante campeona del mundo, con tres futbolistas encima del contrario. Mel respondió primero con Issa Fomba para situar en punta a Chavarría y siete minutos más tarde prescindió de este para introducir a Loren, más intenso en la presión con un cuarto de hora por delante y especialista en provocar faltas en un tramo decisivo. Y en la recta final fortaleció la defensa con un tercer central (Juande) por la presencia de dos puntas en el Alavés. El resto fue defender con uñas y dientes un triunfo que invita al optimismo en 2023.
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