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Los sueños del canterano Cristian se hicieron realidad muy pronto. Pepe Mel, en su búsqueda de extremos, sorprendió con su inclusión en el once inicial, y el filial no decepcionó en ningún momento. Muy activo desde el primer instante, el atacante se encontró a los ... cuatro minutos con el balón al borde del área y con la posibilidad de lanzar a la portería (Rubén Castro le había pasado el balón después de recuperarla). No se lo pensó. Lazó con la zurda fuerte y a media altura intentando sortear la maraña defensiva del Lugo, y el balón golpeó en un poste finalmente y entró en la meta contraria. Espectacular, una maravilla por distintos motivos.
La celebración, el júbilo, era doble y desbordante. Por una parte el público saltó de sus asientos, pues el equipo blanquizul no marcaba desde el 24 de septiembre (ni en casa ni a domicilio). Y por otra parte, Cristian y sus compañeros demostraron que estaban deseosos y a la expectativa tras el gol. El canterano se marchó hacia el banquillo, donde le siguieron todos para abrazarse. Parecía un punto de inflexión, un cambio de rumbo que debía confirmarse con una cierta regularidad en un partido considerado una 'final' para un Málaga que no podía seguir acumulando derrotas ni tampoco empates.
Presencia en el once
La presencia de Cristian, marbellí de 21 años, estaba justificada en la necesidad de encontrar más métodos de ruptura en ataque, algo que se estaba convirtiendo en una pesadilla para un conjunto de Martiricos con muchas dificultades para gozar de oportunidades y también tener profundidad en el juego. Mel, de esta manera, sigue indagando en el segundo equipo para suplir las carencias que se ha encontrado en una plantilla que, al margen de su confección, también contaba con algunas bajas destacadas.
Pero el tanto que abría el marcador no fue la única aportación de Cristian, pues él también fue el autor del pase-asistencia a Rubén Castro para que llegara el segundo tanto de la tarde en una gran maniobra del canario. Su protagonismo fue constante, ofreciendo alternativas y empleándose a fondo. De hecho, vio la tarjeta amarilla y al final fue sustituido con una espectacular ovación del público, que agradeció el esfuerzo y la eficacia de un nuevo canterano que toma ya la alternativa. Antes de marcharse, incluso, el joven intentó marcar de nuevo desde el centro del campo al observar al portero adelantado. Sin duda, fue el debut soñado para Cristian, disputando 65 minutos de partido y mostrando siempre descaro y trabajo. Seguramente contará más veces para Mel, que estaba buscando opciones para que las bandas tuvieran más profundidad y el equipo pudiera estar compensado, sin que todo el juego tuviera que pasar la zona interior, por el centro.
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