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Antonio Góngora/pedro Luis alonso
Málaga
Viernes, 5 de febrero 2021, 01:17
La apuesta del Málaga por Manolo Gaspar sigue siendo un éxito. El exfutbolista, que el miércoles cumplió 40 años, mantiene la tensión de meses atrás y, en una larga entrevista, explica la fórmula para que este nuevo proyecto del club llegue a buen puerto. Pero ... el director deportivo, centrado en el trabajo y, sobre todo, en la austeridad, tiene muy claro el plan de futuro, que, por ahora, no varía en relación al actual. A la espera de su renovación en el cargo (igual que el entrenador, Sergio Pellicer), está convencido de que el equipo tiene ya una identidad que debe mantener a toda costa para continuar con la línea actual. Esa es para él la clave.
–¿Qué valoración hace del mercado invernal, saldado con la incorporación de Alexander González por el lesionado de larga duración Calero? Dado que no se podía tener más de dieciocho jugadores, se intuía que no podía haber muchas más opciones de gestión.
–Está claro. No hemos podido movernos en el mercado. Desde primera hora, en la planificación de verano, ya sabíamos que el mercado de diciembre iba a ser así, salvo que sucediera algo extraordinario, que no ha pasado. Por eso apostamos por muchos jugadores polivalentes, porque sabíamos que la temporada podía ser larga y había que cubrirse las espaldas en todas las posiciones.
–Conocidos los problemas económicos de la entidad, se estará trabajando ya de una forma intensa cara al futuro. ¿Cuáles serán las claves del proyecto de la próxima temporada?
–El principal objetivo, como ya se ha dicho muchas veces, era salvar el club, y después la categoría. Estábamos en un momento límite en lo institucional y se están dando los pasos adecuados para salir adelante. Quizás los tiempos no sean los que todos creíamos. Cuando está la justicia de por medio, todo se ralentiza. Los plazos no son los marcados. Para la planificación de la próxima temporada no sabemos con qué vamos a poder contar, el límite salarial, las estimaciones de ingresos de taquilla y el resto de 'sponsor'. Habrá que plantear distintos escenarios, como hicimos la pasada campaña.
–¿Qué es más fácil, aprobar trigonometría en la Facultad de Matemáticas o conocer todos los vericuetos de la asignatura del límite salarial?
-No sé. La verdad que la norma de control económico está hecha para ajustarse al máximo y que después no vengan los problemas en los clubes. Es muy estricta y nosotros, que no la cumplimos en varias temporadas, arrastramos una sanción. Con la gente del club del departamento jurídico es todo más fácil, pero hay que estudiarla para aprovechar las oportunidades que presenta en momentos de penuria.
–Hay once jugadores que acaban contrato. ¿Es previsible que muchos de ellos puedan continuar?
–Sí. Todo dependerá del músculo financiero que tengamos, de lo que podamos ofertar. Málaga es una plaza bonita, pero el futbolista también juega por su comida, sobre todo cuando tienes una edad. Estoy esperando a saber con que puedo contar para ofrecer con dignidad.
–La mayoría de los fichajes que se han hecho han sido jugadores que estaban en Segunda, con alguna excepción. ¿La idea cara a la próxima temporada es que los que vengan vuelvan a ser de la categoría 'de plata'?
–Por supuesto, porque creemos que los equipos que suben, la mayoría lo hacen con jugadores de Segunda, no con los que provienen de Primera. Segundo, porque la economía, por mucho que mejore, nos va a llevar de nuevo a tener futbolistas de Segunda o de Segunda B. Estamos obligados a acudir a ese mercado. Pensamos que es el que funciona.
–Entre todas las caras nuevas del curso casi todos los aficionados nos hemos quedado con el rendimiento de Rahmani o Chavarría. Siempre en una elevada nómina de refuerzos debe de haber de todo: jugadores que funcionan y otros que no se adaptan tan bien. ¿Qué vieron en la dirección deportiva en estos jugadores que la pasada campaña apenas jugaron?
–Son jugadores que vienen de seguimientos. A Rahmani lo vimos desde Segunda B, cuando estaba en el Mirandés; a Pablo (Chavarría), de cuando estaba en Francia, y al final son oportunidades. Creímos en sus cualidades y que en un entorno específico como el nuestro podrían funcionar. Hemos tenido la suerte de que han caído bien.
–¿Qué filtros siguen para fichar? ¿Cuantos partidos ven como mínimo de un jugador antes de contratarlo? ¿Hay unos requisitos que tienen que cumplir en su faceta personal, al margen de lo futbolístico, para cerrar la operación?
–El trabajo de seguimiento es generalizado. Se ve un volumen de partidos muy alto y ya, a partir de ahí, destacamos jugadores por posiciones para un control más exhaustivo. Cuando tenemos cinco o seis por demarcación nos fijamos en sus redes sociales, el entorno, posibilidades reales de fichaje... Y si nos encarta, nos ponemos en contacto con él para ver qué opciones hay. Si vemos que no entra en la dinámica de grupo del Málaga, seguro que no le tiramos la caña. Pero muchas veces miras todas esas cosas y, aún así, sale mal. Si no las miras...
–Ahora el club no podría hacer frente a la compra de Rahmani por un millón de euros, ¿verdad?
–Claro. Si no tenemos la estimación del límite salarial no podemos hacer ese tipo de operaciones, sería el montante del salario de media plantilla actual. Puede cambiar. Cuando llegue el momento veremos.
previsiones
–¿No se tiene una mínima aproximación del límite salarial? ¿No se sabe si se levantará el castigo al Málaga por parte de LaLiga, si podrá disponer de más de 18 jugadores o pagar más?
-No. Igual que no sabemos si va a haber público o no, cómo puede afectar al límite salarial la próxima campaña. José María (Muñoz, el administrador judicial) está trabajando en tratar de poderme dar un número en el peor escenario posible, el más complicado. Si llega bonanza, el mercado será más fácil.
–El peor escenario posible es el que tenemos en este momento, ¿no?
–Más o menos, en 2,1 millones de euros de plantilla inscribible. Quizás algo mejor. El Cartagena, por ejemplo, tiene 5,7. Ha hecho una ampliación de capital y ha revolucionado el mercado de Segunda, que parecía que estaba muy parado. Se han hecho al final 41 operaciones en Segunda, más que en Primera. Pero este mercado está para corregir errores del mercado de verano.
–Conocemos que el club ya se está moviendo para algo que era obvio, su renovación y la del entrenador, Sergio Pellicer, vitales en el devenir del Málaga en los últimos meses. ¿Qué novedades nos puede aportar?
–A día de hoy no tenemos nada. Estamos muy centrados en el día a día. Sé de primera mano que José María está contento y confía tanto en el trabajo mío como en el de Sergio y, como vengo diciendo, Manolo no es un problema para el Málaga y creo que Sergio tampoco. Nos centramos en el día a día. Sabemos que pronto solucionaremos esta situación y que el club está por encima de cualquiera.
interés de los futbolistas
–El club acometió este verano quince fichajes. ¿Cuál es su valoración en términos generales de ellos?
–Con un número de incorporaciones tan elevado, que no recuerdo nada igual, el margen de error es muy alto. Si cuando firmas tres es difícil acertar... Pero en general estoy muy contento. Es difícil muchas veces acertar con la personalidad del jugador cara a hacer un buen grupo, que es lo que suele sacar esto adelante en los proyectos. En eso veo a la gente muy comprometida, asumiendo cada uno su rol y, cuando tienen que salir, rindiendo. Unos con sus cosas, otros con otras, es para estar contentos.
–¿La clave es que este Málaga no pierda el hambre, incluso cara a futuras planificaciones? Ha habido una unanimidad de aficionados en reconocerlo, y ejemplos claros, como esa goleada en la primera eliminatoria copera en Coruxo...
–Estoy totalmente de acuerdo. Sabíamos cuando nos pusimos a ver en la tele el partido de Coruxo que iban a pelearlo todos, y es un ejemplo. Estamos acostumbrados a ir a campos de Segunda B y Tercera y dar el patinazo, y que nos ganasen sin competir. Este año la gente va al frente y pone el pecho. Eso es clave. El Málaga tiene que ir en esa línea. Siempre ha sido un equipo así. Eso del Málaga de Champions no existe. Siempre ha sido un equipo con garra, unión y con algo de calidad. Necesitábamos ese Málaga reconocible. Es lo que tenemos que mantener. Y gran parte de ese mérito lo tiene 'Pelli', que ha sabido gestionar la mentalidad de todos esos jugadores, algunos que venían de un año difícil, y de nuestros jóvenes, que le dan un hambre y una garra difíciles de superar. Donde llega la ilusión no llega otra cosa. Eso es lo que hay que mantener.
futuro
–Analizando a los jugadores que acaban contrato, en la delantera todos están en esa situación. Es como empezar de cero otra vez.
–Es lo que tiene cuando se desmantela un equipo y no tienes poder económico para hacer contratos de más de un año. Es el riesgo. Confío en el trabajo y en mi gente. El problema es con cuánto podemos contar y qué cilindrada podremos tener.
–¿Qué nota le daría al equipo hasta ahora?
–Si me hacen esa pregunta al principio de verano hubiera dicho que estar donde estamos habría sido imposible. Que salieran los ERE adelante, la pretemporada, las incorporaciones tardías, el tema de las licencias profesionales... Daría un notable a estas alturas de campeonato, pero queda mucho.
–El Málaga ha empezado hace poco la segunda vuelta y está con nueve puntos de renta sobre la zona de descenso, y a seis de los puestos de 'play-off'. ¿Qué aspiración debe tener el equipo?
–Nuestro comentario interno es aumentar la distancia con el descenso. Sabemos la dificultad que tiene ganar cada partido en Segunda. Lo vemos en los equipos de abajo. Esta es una Liga supercompetitiva y por eso está entre las mejores ligas mundiales, siendo una 'segunda'. Tenemos que seguir con los pies en el suelo, porque cuando sacas la cabeza, te la hunden.
–En el tropiezo ante la Ponferradina (0-2) y algún otro partido que no fue bueno el entrenador comentó que se había podido perder la concentración. ¿Volverá a pasar?
–Hasta ahora no ha sido la tónica general. El equipo ha llevado una línea muy reconocible, lineal, sin salirse del camino. Esos partidos le pasan a todos. El otro día el Rayo perdió en casa contra el Mallorca por goleada. Es el Rayo... Por eso digo que si vas al 60 por ciento te pasan por encima. Lo que hay que hacer es dar el cien por cien en cada partido y así somos un equipo muy complicado.
–Se va a cumplir un año desde que comenzó la intervención judicial del Málaga. ¿Cómo ha cambiado el club?
–Mucho. El Málaga es ejemplo a nivel nacional en gestión. En eso tiene mucho que ver José María, ha delegado en profesionales con ganas de avanzar, de hacer cosas, y que antes no podían, y se le ha dado rienda suelta a ese talento que había en las oficinas. Ahora somos un club transparente. No hay nada que esconder. Es un Málaga creíble, y por eso la gente esta enchufada, con ganas de ver al equipo. El culpable es José María, que está haciendo un gran trabajo para este club, que es limpio, estable y con una base para crecer.
–¿Qué otro deporte le gusta seguir?
–Ninguno. En mi salón no me siento a ver ningún deporte, la verdad.
–¿Practica deporte?
-Hago más que cuando era profesional. Fuerza, fútbol, bicicleta... Dedico más tiempo que cuando era profesional. Estoy en el mismo peso que de jugador.
–Le iba a preguntar por qué música escucha en el coche, pero acabo de recordar que va en moto...
–En moto también escucho música. Desde Barry White a los carnavales. Me gusta el 'blues', el flamenco. Soy 'barriero' hasta la muerte. También Mickael Jackson, The Blues Band...
–¿Tiene tiempo para alguna lectura o seguir una serie?
–No. No tengo tiempo para eso. Me ha absorbido mucho el trabajo. Tengo varios libros de 'coaching' o de biografías de fútbol, pero no llego a cogerles el hilo, porque no puedo tener la continuidad. Pero prefiero la lectura a ver series.
–¿Cuándo cree que se va a vacunar?
–Ojalá que sea pronto, porque eso querrá decir que todos los sanitarios, personas mayores o de riesgo están vacunadas ya. Cuando llegue llegó.
–Ahora que la hostelería está de horas bajas, recomiende un lugar de Málaga para cuando la cosa vuelva a carburar...
–Cualquiera es buen sitio para ir a comer y pasar un buen rato. Tenemos el clima, calidad de alimentos y buenos profesionales.
–¿El sueldo de Messi es una barbaridad?
–No, por lo que genera él.
–¿Se define como una persona creyente?
–Antes lo era más, ahora creo en el trabajo.
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