El Málaga no se conforma y apura su mercado en busca de un perfil más mediático para el ataque

Las campanas del Wall Street particular que es el mercado de fichajes en el fútbol ya retumban y apremian en todas las secretarías técnicas. Es el momento de dar el primer paso en el tablero, desde donde posicionarse cara a un largo mes de enero. En todos los equipos, como es habitual, se han planteado varios objetivos para mejorar –o al menos no empeorar– sus plantillas con vistas a una extenuante segunda vuelta de campeonato. Algunos de esos objetivos están pensados para ser resueltos en los primeros compases (y así poder dar un golpe de efecto y adelantarse a otros rivales) y otros se entienden como una carrera de fondo, porque el tiempo y sus efectos van erosionando poco a poco las negociaciones hasta darle forma.

En el Málaga, con Manolo Gaspar como punta de lanza en estos menesteres, buscan también dar su particular sorpresa del mercado a pesar de su estado de excepción (con el límite salarial ampliamente superado y de momento con sólo una ficha más para añadir a su nómina de futbolistas). Y también está la intención de que esta sea una de las primeras tareas a completar. En la dirección deportiva, que ha trabajado con cientos de nombres estos meses, han peinado todas sus opciones para firmar un jugador dentro de las actuales posibilidades de la entidad (sin dinero para fichar, sólo cuentan con 40.000 euros para pagar un salario hasta final de temporada, que es el parámetro mínimo estipulado por LaLiga), que no tiene visos de poder cambiar en las próximas semanas a pesar de la esperanza que existía en la secretaría técnica de contar con algún recurso más para aspirar a compensar la plantilla.

En esa frenética búsqueda de jugadores, el Málaga quiere exprimir al máximo sus posibilidades. Intenta como puede contrarrestar su escasa fuerza económica –casi inexistente– con su imagen como club histórico, su masa social y la localización geográfica (también atractiva para los jugadores y sus familias).

Con todo esto, el Málaga pretende transmitir más vigor del que sus oponente pueden creer y firmar algún perfil más mediático y de mayor nivel que otras alternativas que pueda ofrecer por ejemplo la Segunda B (que se contempla como opción de reserva). De ese corte, además de algunos jugadores de Segunda (una operación compleja porque conlleva que un equipo se preste a reforzar a un rival de la misma categoría), el caladero que puede ofrecerse como aternativa es el de los jugadores que están en paro (sin olvidar que la temporada anterior no haya njugado en una liga clase A; es decir, las cinco principales de Europa).

En este último grupo se encuentra el perfil del delantero Rossi, un futbolista que goza de buen cartel aun a pesar de que en los últimos años ha sufrido un calvario de lesiones que lo ha dejado sin competir durante dos temporadas. Ahora con 33 años, se estaba entrenando con el Villarreal con la intención de hacerse un hueco en el equipo este invierno. Sin embargo, días atrás el propio jugador confirmó que finalmente el club castellonense no le hará ficha y por tanto se encuentra en busca de otro equipo. En estas, según pudo saber SUR, el Málaga –que tiene buena relación con diversas personas del Villarreal, que aseguraron que el ítaloestadounidense aún tiene condiciones para ofrecer un buen rendimiento– contactó con el propio jugador para mostrarle su interés.

Sería una operación factible en lo económico y cumpliría las restricciones impuestas por LaLiga, aunque en principio es un movimiento descartado. Pero, como este caso, existen algunos más y el Málaga también está pendiente de ellos. A estas alturas el trabajo de búsqueda está prácticamente completado y la lista de opciones es cada vez más reducida. Más concreta, de primeras, segundas, terceras y hasta cuartas opciones. Pero también entra en juego el cronómetro y la dificultad aumenta en la tarea de conseguir al mejor delantero que pueda optar el Málaga actual y que se incorpore lo antes posible a la dinámica del equipo, que por otro lado se verá alterado presumiblemente por salidas.