Sergio Castel se encontraba ante una gran oportunidad para establecerse como la principal alternativa a un Dioni que, en estos momentos, vive uno de sus ... momentos más dulces como futbolista profesional. Su gol ante el Cádiz en una situación crítica para lograr un valioso punto, sumado a sus buenos minutos desde el banquillo como única referencia o en la doble punta con el delantero malagueño en anteriores encuentros, dieron lugar a la paulatina desaparición de Baturina de las alineaciones. Castel ya se situaba como uno de los jugadores más importantes para Pellicer. Otra prueba de ello fue que no partía como titular ante el Estepona, en otra clara muestra de confianza por parte del técnico blanquiazul ya que el de Nules hizo gala de su extenso fondo de armario para el derbi copero. Baturina, hasta ahora negado cara a puerta como malaguista, abrió la lata y por fin se estrenó como goleador con la camiseta del Málaga. Ya con el empate esteponero en el marcador, Pellicer dio entrada a Castel en aras de llevarse el partido. Ahí comenzó la aciaga noche del punta madrileño: perdió cinco balones en tan sólo 34 minutos disputados, sus movimientos fueron lentos, no fue capaz de imponerse en lo físico frente a los zagueros del Estepona y culminó su decepcionante actuación con una roja directa por una agresión cuando su equipo más le necesitaba.
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Esto provocó el enfado de Pellicer, que reservó a Dioni y dio galones a Castel y éste no cumplió con su parte del acuerdo. El técnico se mordió la lengua en la rueda de prensa al ser preguntado por la expulsión del atacante: «Hay ciertas cosas que no me han gustado, pero las resolveremos de puertas para dentro. El respeto es muy importante, se gana muy rápidamente pero se puede perder todavía más rápido».
Castel, que aterrizó en Málaga sin haber realizado la pretemporada, llevaba tiempo reclamando más minutos a Pellicer, incluso llegando a decir que «el míster tenía un Ferrari aparcado en el garaje». A raíz de sus sólidas actuaciones fue adquiriendo protagonismo a la vez que Baturina lo perdía. Ahora parece que las tornas han cambiado.
Con el gol de su más inmediato competidor, Baturina, y la tarjeta roja que comprometió al equipo y supuso la posterior amarga eliminación copera, Castel sintió de primera mano cómo se escapaba su gran oportunidad de escaparse del 'pelotón' de los jugadores secundarios y erigirse en uno de los líderes del Málaga para verse relegado de nuevo a un rol residual. Pellicer ha demostrado en este curso que este tipo de acciones conllevan consecuencias: Álex Pastor fue expulsado en el partido ante el Albacete de la tercera jornada y no regresó a la titularidad hasta cuatro jornadas después.
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No cabe duda de que este grave error, que condenó al Málaga en la traumática eliminación copera para un Pellicer que deseaba llegar lejos en el torneo del K.O, puede significar la significativa pérdida de protagonismo de Castel. El delantero de Las Rozas deberá trabajar para recuperar la confianza que Pellicer había depositado en él.
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