![Un Málaga bipolar dilapida su crédito en casa](https://s1.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202012/07/media/cortadas/swing-RYE7Oy1juEJN2ozzWmZ3W1M-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
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Las estadísticas están ahí. No es casual. Fuera estamos mejor que el año pasado. Influye el rival y el público. Ha habido un fútbol antes del COVID-19 y otro después. Tenemos que ser autocríticos. En el próximo partido de casa habrá que ir puliendo ... defectos«, proclamaba Pellicer horas antes del que quizás haya sido el triunfo más convincente del equipo esta temporada, el 0-2 en Fuenlabrada. Desde entonces los datos aún se han decantado más: el Málaga esta sumando este curso casi el doble de puntos fuera que en casa: 16 frente a 9. ¿A qué se debe este desfase? ¿Es una cuestión puramente táctica o también mental, con las gradas vacías en los estadios, sin presión ambiental?
Las estadísticas desmienten en parte el argumento de la influencia determinante del público en las gradas. En lo que va de Liga en Segunda se han dado un 44,5% de triunfos locales, un 23,6% de empates y y un 31,8% de victorias visitantes. A estas alturas, en el curso anterior, se vieron menos victorias de los de casa (40,1%), algo más de empates (34,2%) y una cuota menos significativa de triunfos para los equipos de fuera (25,6%).
Todo es matizable. Lógicamente, aunque todos los equipos están compitiendo sin público, en igualdad de condiciones, no se puede comparar la capacidad de intimidación que se podría dar en estadios como La Romareda o La Rosaleda, casi llenos, como sería lo habitual, a la de otros como los del Mirandés, el Alcorcón o el Fuenlabrada, por citar recintos con menor aforo. El propio Pellicer ha reconocido que hay determinados momentos de los partidos en los que ese plus que otorga el rugido de la grada podría haber sido determinante.
Sin embargo, este Málaga bipolar, según actúe en su campo o lejos de él, tiene mucho más que ver con aspectos puramente futbolísticos, de su estilo de juego. A día de hoy sólo hay dos equipos que hayan sumado más en sus salidas que las huestes de Pellicer. Sus 16 puntos únicamente se ven superados por los 18 del Mallorca y los 21 del Almería. Por contra, como local nada más que hay un rival que ha sacado menos botín que el Málaga (nueve puntos), el Sabadell (seis).
Resulta indiscutible que el Málaga sufre más con la iniciativa del juego, que es la disposición en la que se ve obligado a actuar en La Rosaleda ante la mayoría de rivales. El escenario generado por la pandemia no ha cambiado este patrón. Aunque el equipo ha llegado a tener algunas fases de juego con más fútbol combinativo, no es un equipo con excesivos recursos para él. Excepto en los últimos compromisos, ha predominado el esquema de juego con un 5-4-1 sin el balón, que se convertía en un 3-4-3 en ataque, pero casi siempre con un centro del campo poco nutrido y sin grandes especialistas para el toque. El 4-2-3-1 trata de potenciar la capacidad creativa del equipo, pero si se repasan sus goles se encuentra un denominador común en muchos de ellos: llegan en transiciones o tras envíos en largo. Dispone además de jugadores rápidos (Rahmani, Caye Quintana, Chavarría, Joaquín,...) para ese tipo de juego.
Un ejemplo claro es el 0-2 logrado en Zaragoza, tras un envío al hueco de Ramón a Chavarría, que sorprende a la espalda de la zaga y mete el centro a Caye Quintana, que llega en carrera. O el de Juande al Sporting, en una arrancada que comienza él y culmina con un salto imperial en el área al pase de Jozabed. O la diana de este al Mirandés, a centro de Matos, de nuevo sin dar tiempo al repliegue del rival.
El Málaga, como muchos otros rivales de la categoría, tiene claros problemas para atacar defensas replegadas. Lo sufrió ante Las Palmas, cuando jugó todo el segundo tiempo con uno más y tuvo menos remates (seis frente a siete) que el rival y generó menos ocasiones claras que su oponente, que estuvo cerca incluso de ganar el partido (0-0). Sólo un ramalazo de carácter, sumado al hecho de jugar a la heroica, con poco que perder, permitió la proeza de rescatar un punto ante el Lugo (2-2) con dos goles con diez en el campo.
Al tiempo que el Málaga sufre para llevar la iniciativa del juego antes rivales que le esperan, estos le sorprenden muchas veces sin que se haya armado en defensa, a partir de recuperaciones o transiciones, como en el 1-2 del Cartagena el sábado o el 0-1 del Lugo. Además, el cuadro de Martiricos suele defender en sus visitas mucho más tiempo con las líneas juntas. De esta forma, el equipo se ha convertido en un rival enormemente peligroso en sus salidas, habiendo sido capaz de ganar ya en cinco de ellas: 0-1 en Castellón 1-2 en Zaragoza y Sabadell, 0-1 en Girona y 0-2 en Fuenlabrada. En todos estos encuentros sufrió relativamente poco para conservar la ventaja, con un gran orden y oficio, sacando de sus casillas al rival.
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