El Málaga, indignado con la patada que lesionó a Avilés y que el árbitro no consideró penalti

El delantero protagonizó la novedad más llamativa de la jornada de resaca tras el último compromiso liguero al recibir un tratamiento especial de recuperación. Y es que el atacante sufre una fuerte contusión en el tobillo derecho a consecuencia de la patada que le propinó el jugador del Sanluqueño Pablo Carbonell dentro del área y que el colegiado no señaló como penalti al considerarlo un golpe fortuito, lo que ha generado gran indignación en el seno del equipo blanquiazul y en el malaguismo en general.

Por este motivo, Avilés no pudo ejercitarse, y se le pudo ver incluso cojear por el dolor. Sin embargo, las pruebas médicas han confirmado que por suerte no es más que una contusión y se espera que pueda estar para el siguiente partido contra el Intercity, el domingo en La Rosaleda a partir de las 12.00 horas. Habrá que esperar a la próxima sesión de trabajo de los malaguistas, que será el miércoles, para ver si le baja la hinchazón a Avilés, quien temió en un momento porque el impacto le hubiera afectado algún dedo del pie.

Finalmente no ha sido así y se prevé que pueda volverse a poner a las órdenes de Pellicer, como ya lo han hecho Manu Molina y Roberto. Ambos futbolistas fueron la nota positiva en el Málaga. Después de causar baja por precaución ante el Sanluqueño, ya están recuperados de sus diferentes problemas físicos y se les espera para el próximo encuentro. Tanto a Manu Molina como a Roberto se les vio en un buen estado durante los diferentes ejercicios del entrenamiento, que estuvo abierto en su totalidad para los medios de comunicación y fue presenciado por este periódico.

Esto permitió comprobar que el ambiente entre los malaguistas sigue siendo muy bueno a pesar de que fastidie no haber aprovechado para sacarle más rendimiento a los pinchazos esta jornada de los dos primeros, Castellón e Ibiza. También se vio que en la recta final del entrenamiento saltó al césped del Anexo el centrocampista Ramón junto al readaptador, Lizana, para continuar con su recuperación, que está ya en la recta final.

La prudencia es máxima con los plazos de rehabilitación sobre el jugador granadino formado en la cantera malaguista y el objetivo es minimizar todo lo posible alguna secuela en forma de recaída u otro tipo de lesión. Otro reto es conseguir que Ramón obtenga la mayor confianza en su cuerpo y poder jugar sin temor a consecuencias físicas. Por el momento sigue alternando labores en el gimnasio y ejercicios con balón en el césped. Y en cualquier momento se espera que empiece a realizar ejercicios con el grupo. En general, sigue dando pasos adelante, aunque a un ritmo más lento de lo que los aficionados quisieran.